Nuestra naturaleza es única en el mundo. Y ella, en relación con nuestra población, nos da oportunidades de desarrollo que podríamos aprovechar mucho mejor.
Ricas montañas, hermosas sierras, risueñas playas es mi Perú, dice el vals de Manuel Raygada, y tiene razón, porque nuestra naturaleza es única en el mundo. Y ella, en relación con nuestra población, nos da oportunidades de desarrollo que podríamos aprovechar mucho mejor.
¿Somos grandes o pequeños? En extensión somo bastante grandes, más del doble que España o Francia, aunque en los mapas esa diferencia se distorsiona. De hecho, Corea del Sur es del tamaño de nuestra región Ucayali. Y en número de habitantes, los 34 millones somos más que Chile o Ecuador y el triple de Bolivia, pero menos que los 130 de México, los más de 200 millones de Brasil y mucho, mucho menos que los casi 1,500 millones de la India.
La gran ventaja de ello es que nuestra riqueza natural se debe dividir entre un número razonable de personas, pues en el espacio que vive un peruano, vivirían 44 bengalíes, de Bangladesh. Y mientras usted paisano, paisana, como 9 de cada 10 peruanos habita en casas individuales, en Japón o en Corea muchísimas familias cocinan, comen y duermen en departamentos de 30 metros cuadrados.
Pero por otro lado, pues 34 millones de clientes nacionales no son muchos para darles a nuestras empresas estabilidad y economías de escala. Ventaja que sí tienen, por ejemplo, las empresas chinas que, con 1400 millones de clientes dentro de su país, tienen las ventajas de un territorio mucho más concentrado. Y aquí hay que sumarle que, por el territorio extenso que tenemos, muchos consumidores del interior pagamos bastante más que los de las grandes ciudades por lo que consumimos.

¿Cómo podríamos aprovechar esta mirada positiva a nuestra población y territorio? Uno, esforzándonos como empresarios a llegar a los 34 millones de peruanos y no solo a los cercanos y conocidos en Lima o en las ciudades grandes para lograr con ello más estabilidad y volumen. Dos, reconociendo que para ello debe ser prioridad nacional hacer más vías para tener unida la costa, unida la sierra y unida la selva, contigo Perú, como dice otro vals, el de Polo Campos. Y luego, entendiendo que el mercado interno no es suficiente y que debemos crecer en el mercado mundial, aprovechando nuestras ventajas únicas. ¿Sabía usted paisana, paisano, que la nueva irrigación de Chavimochic generará más terrenos cultivables que todo el tamaño de Singapur?
Los más analíticos y críticos dirán que eso debe acompañarse de un mejor sistema educativo, de salud, seguridad y otros cambios básicos. Y tienen razón. Pero eso no invalida la pregunta, paisano, paisana: ¿Qué más debemos hacer para aprovechar las grandes ventajas de nuestra buena relación entre población y territorio?