El trabajo de más de seis meses del médico peruano, José Luis Raygada, en el hospital de campaña Santa Rosa, primero en recibir a pacientes de COVID-19 de la región Piura, sirvió para escribir el libro Relatos de un médico en campaña, que narra 26 vivencias personales del autor con enfermos, agonizantes y colegas.
Al inicio de la pandemia, este médico internista, que atendía en consulta privada en una clínica de la ciudad, dejó la seguridad de atender ahí y se fue a la carpa del hospital Santa Rosa. “Había muchísima más necesidad en el hospital de campaña, una carpa de guerra que carecía de todo y había falta de personal”, explicó.
Raygada confiesa haber seguido “la voz de su conciencia más íntima, o sea Dios, o lo que hay más profundo en tu alma, que te dice: aquí te necesito. Si me tengo que morir, creo que he hecho lo que tenía que hacer”. Actualmente, atiende en clínica privada, luego de no aceptar las condiciones que le ofrecieran en el MINSA.
Los 26 relatos que el médico internista escribe ocurren entre el 7 de abril y 7 de noviembre del 2020 dentro de la carpa temporal del hospital Santa Rosa, que junto a dos contenedores, destinados a enfermos de COVID-19, albergan 80 personas. En estos relatos, Raygada comparte encuentros profundos entre él y los enfermos.
El médico, quien se confiesa católico, comparte cómo encontró una manera de procesar las experiencias de enfermedad y muerte en la carpa a través de su fe, técnicas psicológicas y escribir lo vivido. “En 6 meses, firmé 50 certificados de defunción, diez veces más que lo que he firmado en 25 años como médico”, dijo.
Sin embargo, reconoce que la mayoría de profesionales de la salud están “acostumbrados a mirar únicamente con una perspectiva técnica-científica y perdemos de vista la dimensión espiritual. En esa dimensión estamos frente un misterio, hay cosas que nos sobrepasan y significa tener una actitud de apertura”.
Y agrega que “esa apertura significa inclusive dejarnos apelar por lo que el paciente nos dice y escuchar”. Este médico internista con especialidad en paciente adulto narra en dos de sus relatos, cómo el personal subalterno, como enfermeras y personal técnico, era quien más humanidad manifestaba en su trabajo diario.
“Me di cuenta que los más difíciles de captar eran la gente con nivel más alto, los médicos. Al igual que en el evangelio, la gente sencilla, tal vez, es mucho más capaz de descubrir la esencia de las cosas. Y los médicos, en nuestra soberbia, somos mucho más cerrados a plantearnos el misterio de la vida”, expresó.

“Con el avance de la ciencia y la tecnología creo que la universidad está postergando la formación humana en la salud. Eso está generando una desorientación terrible. El médico, con su ciencia, se queda con esta realidad sobrepasado, y las preguntas que yo le hacía a la gente eran existenciales”, dijo.
Por otro lado, destacó que la salud mental del personal de salud que atiende en la pandemia viene siendo maltratada con contratos mensuales y sueldo recortado. “Este es un aspecto que no está contemplado por el Estado”, explica el galeno, y cuenta el caso de una enfermera que estaba sobrepasada y con depresión.
“Creo que vamos a ver al personal de salud con depresión, ansiedad, con cuadros psiquiátricos. Así como ella, un montón de gente lleva cosas que no puede procesar sola, porque tienen que trabajar en uno o dos lugares a la vez. Cuando salen de este ambiente de adrenalina, se te viene el mundo encima”, comenta.
“Los conflictos que uno no procesa, la relación o el duelo de un padre, se arrastran, no sólo en la práctica médica, sino con la familia o amigos. La muerte no es algo fácil de procesar. Es doloroso, pero necesario. La realidad de la muerte requiere ser acompañada por un psicólogo o alguien que ayude a descargar”, dice.
Raygada recuerda que al terminar de trabajar en la carpa del hospital Santa Rosa “quedé emocionalmente agotado. Me tomó dos meses sobreponerme, porque había perdido el gusto a todo. Solo encontraba gusto en apreciar las cosas más importantes: la familia, los lazos con personas, la amistad, Dios y reflexionar”.
“Cuando el hombre ha perdido el sentido de Dios, ha perdido todo. Este mundo sepulta cada vez más a Dios. Lo veo con los enfermos en consulta. El 30 % de pacientes tiene crisis de pánico, trastornos de ansiedad, problemas de miedo. Tienen un miedo extremo a morir, porque la vida no tiene ningún sentido”, acota.
“La fe parte no solamente de un credo, parte de escuchar tu conciencia más íntima. Cuando eres capaz de hacer silencio y escuchar lo más hondo de tu corazón, escuchas a Dios. Cuando escuchas a Dios, no es posible que te apartes del otro. Tu vida se realiza en la medida que se da a otro”, puntualizó.
Para adquirir el libro en formato digital ingrese aquí. https://www.bookshop.crealibros.com/0513860/relatos-de-un-medico-en-campana
Si desea pedir el libro con entrega a nivel nacional contactar al 968341431. En Lima, está disponible en la Libería Época y en Piura, en la librería Revin y Caballo Rojo.
Comparte esta noticia