El hallazgo de la cámara funeraria, con el entierro de un personaje aún no identificado es uno de los resultados más sobresalientes del Proyecto Especial Michoacán de investigación y conservación arqueológica.
Especialistas mexicanos descubrieron un sepulcro de más de 1.000 años de antigüedad en la zona arqueológica de Tingambato, en el oeste del país, cuya riqueza indica que la urbe pudo ser un centro rector del Clásico mesoamericano, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El INAH señaló en un comunicado que el hallazgo de la cámara funeraria, con el entierro de un personaje aún no identificado acompañado de 19.000 cuentas de piedra verde y concha, es uno de los resultados más sobresalientes del Proyecto Especial Michoacán de investigación y conservación arqueológica.
El Instituto desarrolla el proyecto desde 2011 en las zonas arqueológicas de Tzintzuntzan, Ihuatzio, Tres Cerritos, Huandacareo y Tingambato; fue en esta última donde en julio del año pasado se registró el hallazgo de la cámara, que mide 3,6 por 4 metros, con 2,70 metros de profundidad.
De acuerdo con expertos del INAH, la complejidad en la arquitectura de la cámara y la riqueza del entierro, que datan del periodo Clásico (200 a 900 d.C.), indican que se trata de los restos de un personaje de alto rango en la antigua urbe de Tingambato.
Aún no se ha identificado la filiación cultural del entierro, pero se infiere que, posiblemente, la cámara corresponde a la tradición funeraria de Occidente.
El arqueólogo Melchor Cruz, coordinador de los trabajos, indicó que las características de la que ha sido llamada Tumba II y la riqueza del entierro indican que la urbe debió tener una mayor importancia en la historia prehispánica de la región que la reconocida hasta ahora.
"Puede tratarse de un centro rector del periodo Clásico mesoamericano, en la región central de lo que hoy es (el estado de) Michoacán", apuntó.
Este sepulcro se suma al descubierto en 1979 por el arqueólogo Román Piña Chan, denominado la Tumba I de Tingambato.
Cruz refirió que la cantidad de cuentas de concha en la cámara habla de posibles relaciones entre los antiguos pobladores con pueblos de la costa, por lo que también se infiere que fue un punto estratégico dentro de una ruta comercial hacia la Cuenca de Pátzcuaro.
Según estudios del experto, las tumbas I y II fueron construidas antes de la nivelación del terreno para edificar la gran plataforma de Tingambato, que data de alrededor del 450 d.C. De confirmarse la hipótesis, "el sitio sería más antiguo de lo que se ha propuesto hasta el momento; su ocupación podría haber comenzado en 200 d.C.".
Los primeros pobladores habitaron la ciudad hasta 600 d.C., y a partir de entonces se ha identificado una influencia teotihuacana que perduró hasta 900 d.C.
Cruz concluyó que aún faltan muchas investigaciones para definir con claridad los primeros grupos culturales que habitaron Tingambato.
"Durante más de 30 años no hubo exploraciones arqueológicas, por lo que no tenemos suficiente información. El hecho de hallar una segunda tumba nos lleva abrir nuevas líneas de investigación para verificar la importancia del sitio, que parece haber sido mucho más relevante y multicultural de lo que hasta ahora se sabe", acotó.
EFE
Comparte esta noticia