El tenor español está emocionado por su regreso a las romanas Termas de Caracalla donde cantará el domingo.
El tenor español Josep Carreras dijo hoy esperar con emoción su regreso, el domingo, a las romanas Termas de Caracalla, donde hace veinticinco años ofreció junto a Plácido Domingo y Luciano Pavarotti el primer concierto de Los Tres Tenores.
"Siento una gran emoción. Desde entonces he estado muchas más veces en Roma pero no he tenido ocasión de cantar en Caracalla y poderlo hacer es un momento emocionante y nostálgico", explicó el maestro.
Su presencia en este teatro estival, ubicado en el corazón del parque arqueológico de las Termas de Caracalla, en el centro de Roma, se debe a un concierto benéfico en el que los asistentes podrán realizar una donación a favor de Unicef.
Se trata de un lugar que "siempre ha sido muy especial" para Carreras (Barcelona, 1946) y en el que intervendrán "colegas de prestigio y de gran nivel" como el tenor Alessandro Safina o la mezzosoprano anglo-italiana Carly Paoli, de quien destacó su "incipiente pero muy prometedora carrera".
"Aparte de lo que pueda simbolizar a nivel histórico, es un espacio en el que siempre se han dado funciones de ópera y conciertos. Un lugar muy relacionado con el arte y con la música y para mí ha sido siempre un lugar muy especial", subrayó.
Durante la entrevista, Carreras explicó que las intervenciones de todos ellos no serán "demasiado largas" y que él cantará "tres o cuatro piezas solamente" en la segunda parte del concierto, entre ellas dos canciones napolitanas y un dueto con Paoli del Concierto de Aranjuez del maestro Joaquín Rodrigo.
Recordó con "nostalgia" el memorable concierto que ofreció junto a Pavarotti y Domingo la tarde del 7 de julio de 1990 y que, bajo su punto de vista, "acercó bastante la ópera a un público más general, bastante más heterogéneo".
"Un público quizá menos familiarizado con la ópera y la música clásica. En este sentido creo que fue muy positivo", opinó, recalcando que lo dice "sin ninguna presunción".
Carreras subrayó que, veinticinco años después, "la ópera sigue viva" y aseguró que "de esto tenemos que congratularnos todos", pero al mismo tiempo recordó que "se nutre de subvenciones" por lo que padece las consecuencias de las crisis económicas.
EFE
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