La primeras lecturas son esenciales en el ser humano, porque es el momento en que la cultura se asocia con el afecto, opina el novelista mexicano
Los seres humanos "leemos porque el mundo es imperfecto
y necesitamos completarlo a través de historias", declaró hoy a Efe el
novelista mexicano Juan Villoro.
"Ese es el secreto de la lectura", enfatizó Villoro, escritor y periodista nacido en Ciudad de México en 1956 y que este miércoles participó junto con su colega chileno Antonio Skármeta en la inauguración del I Congreso Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil.
La primeras lecturas son esenciales en el ser humano, porque es el momento en que la cultura se asocia con el afecto, opina el autor de "Dios es redondo".
"Cuando una madre o un padre lee un cuento a sus hijos, convierte la lectura en una forma de compartir las emociones filiales; a partir de ese momento, los niños asocian las historias con el afecto de sus padres", explicó.
Villoro sostiene que "es decisivo empezar a leer desde niño", aunque haya lectores tardíos -como él mismo, que a los quince años "sufrió" con el desgarrador relato de "Corazón", de Edmundo de Amicis- o personas que descubren el placer de la lectura ya siendo adultos.
"Los niños que tienen el hábito de lectura crecen con muchas más herramientas críticas para enfrentar una realidad que está mal hecha, porque ese es el secreto de la lectura: leemos porque el mundo es imperfecto".
Hasta hace un par de décadas, lo normal es que los niños jugaran en la calle. Esa situación hoy ha cambiado. Muchos chicos tienen sofisticados celulares y potentes computadores, "y a eso hay que añadirle la inseguridad en algunos países como México, donde salir a la calle es un asunto de alto riesgo", comentó.
"Yo crecí toda mi vida en la calle", rememoró el autor de "El testigo". "Mis padres no sabían nunca en qué lugar exacto me encontraba y le decían a los vecinos del barrio que si me veían por ahí, me dijeran que ya me fuera a cenar".
Las nuevas herramientas llevan aparejadas nuevas destrezas y habilidades, "pero también cierto aislamiento de los niños que pasan horas y horas así", advirtió.
"En Japón, un país muy tecnologizado, se habla del fenómeno de los "hikikomori", los autistas electrónicos, niños que se aíslan de sus familias e incluso dejan de estudiar y no salen de su cuarto; se trata de un problema social", aseguró.
Villoro -entusiasta aficionado al fútbol, la música rock y el cine- consideró necesario "plantearse cuáles son los límites de las nuevas tecnologías, en qué momento dejan de ser una herramienta y se convierten en una adicción destructiva".
"El libro, que es una de las más antiguas tecnologías, no pelea contra los usos contemporáneos, sino que los complementa y puede convivir sanamente con ellos", afirmó.
El ganador del Premio Internacional de Periodismo Rey de España 2010 con el reportaje "La alfombra roja, el imperio del narcotráfico" no comparte el rechazo que ha suscitado entre algunos escritores la aparición de bibliotecas virtuales como Google Books. "No creo que tengamos que preocuparnos, son fenómenos paralelos de circulación", apuntó.
El problema de la tecnología, en su opinión, no es la competencia con otro tipo de herramientas, como los libros, "sino que combate contra sí misma", porque los libros electrónicos, los buscadores en línea o las descargas en Internet van a quedar obsoletos en unos pocos años más.
"Esto ya lo vimos con la música: pasamos de los discos de acetato a los casetes, luego a los discos compactos y ahora tenemos descargas en red; cada tecnología ha ido liquidando las anteriores", sentenció.
Villoro considera que estos avances tecnológicos son formas de circulación muy útiles en un mundo donde la cultura no está bien repartida.
"Gracias a Internet, por ejemplo, me han leído personas en Paraguay que no tenían acceso a mis libros, o hispanohablantes exiliados en Australia. Eso es algo muy valioso", manifestó.
EFE
"Ese es el secreto de la lectura", enfatizó Villoro, escritor y periodista nacido en Ciudad de México en 1956 y que este miércoles participó junto con su colega chileno Antonio Skármeta en la inauguración del I Congreso Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil.
La primeras lecturas son esenciales en el ser humano, porque es el momento en que la cultura se asocia con el afecto, opina el autor de "Dios es redondo".
"Cuando una madre o un padre lee un cuento a sus hijos, convierte la lectura en una forma de compartir las emociones filiales; a partir de ese momento, los niños asocian las historias con el afecto de sus padres", explicó.
Villoro sostiene que "es decisivo empezar a leer desde niño", aunque haya lectores tardíos -como él mismo, que a los quince años "sufrió" con el desgarrador relato de "Corazón", de Edmundo de Amicis- o personas que descubren el placer de la lectura ya siendo adultos.
"Los niños que tienen el hábito de lectura crecen con muchas más herramientas críticas para enfrentar una realidad que está mal hecha, porque ese es el secreto de la lectura: leemos porque el mundo es imperfecto".
Hasta hace un par de décadas, lo normal es que los niños jugaran en la calle. Esa situación hoy ha cambiado. Muchos chicos tienen sofisticados celulares y potentes computadores, "y a eso hay que añadirle la inseguridad en algunos países como México, donde salir a la calle es un asunto de alto riesgo", comentó.
"Yo crecí toda mi vida en la calle", rememoró el autor de "El testigo". "Mis padres no sabían nunca en qué lugar exacto me encontraba y le decían a los vecinos del barrio que si me veían por ahí, me dijeran que ya me fuera a cenar".
Las nuevas herramientas llevan aparejadas nuevas destrezas y habilidades, "pero también cierto aislamiento de los niños que pasan horas y horas así", advirtió.
"En Japón, un país muy tecnologizado, se habla del fenómeno de los "hikikomori", los autistas electrónicos, niños que se aíslan de sus familias e incluso dejan de estudiar y no salen de su cuarto; se trata de un problema social", aseguró.
Villoro -entusiasta aficionado al fútbol, la música rock y el cine- consideró necesario "plantearse cuáles son los límites de las nuevas tecnologías, en qué momento dejan de ser una herramienta y se convierten en una adicción destructiva".
"El libro, que es una de las más antiguas tecnologías, no pelea contra los usos contemporáneos, sino que los complementa y puede convivir sanamente con ellos", afirmó.
El ganador del Premio Internacional de Periodismo Rey de España 2010 con el reportaje "La alfombra roja, el imperio del narcotráfico" no comparte el rechazo que ha suscitado entre algunos escritores la aparición de bibliotecas virtuales como Google Books. "No creo que tengamos que preocuparnos, son fenómenos paralelos de circulación", apuntó.
El problema de la tecnología, en su opinión, no es la competencia con otro tipo de herramientas, como los libros, "sino que combate contra sí misma", porque los libros electrónicos, los buscadores en línea o las descargas en Internet van a quedar obsoletos en unos pocos años más.
"Esto ya lo vimos con la música: pasamos de los discos de acetato a los casetes, luego a los discos compactos y ahora tenemos descargas en red; cada tecnología ha ido liquidando las anteriores", sentenció.
Villoro considera que estos avances tecnológicos son formas de circulación muy útiles en un mundo donde la cultura no está bien repartida.
"Gracias a Internet, por ejemplo, me han leído personas en Paraguay que no tenían acceso a mis libros, o hispanohablantes exiliados en Australia. Eso es algo muy valioso", manifestó.
EFE
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