Sin embargo, cuando escribió "La ciudad y los perros", el Nobel de Literatura dijo que siempre tuvo claro que en la obra, el "Jaguar" asesinó al "Esclavo".
El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa desveló una de las grandes interrogantes sobre su obra, al señalar que cuando escribió “La ciudad y los perros” tenía claro que el "Jaguar" era el asesino del "Esclavo", pero que, después, los propios lectores modificaron la historia.
Mario Vargas Llosa participó en conversatorio en el centro cultural Inca Garcilaso de la Cancillería, acompañado en la mesa por los también escritores Antonio Cisneros, Guillermo Niño de Guzmán y Fernando Ampuero.
“Eso me hace recordar a un muchacho que hace poco me preguntó en Arequipa si el "Jaguar" mataba al "Esclavo" o no, a lo que le contesté: "No sé"”, recordó.
El escritor peruano explicó que el primer editor al francés de "La ciudad y los perros" le llegó a convencer en una charla de que el "Jaguar" solo se atribuía el crimen para recuperar su autoridad ante sus compañeros. Vargas Llosa señala que a pesar de haber estado convencido cuando escribió la novela de que el "Jaguar" cometía el homicidio, tuvo dudas luego de esa conversación.
“El escritor no tiene la última palabra sobre lo que escribe, eso es una tontería. Eso está en manos del lector”, aseguró.
Sobre Los Inconquistables, personajes de “La Casa Verde”, reveló el origen de este grupo de amigos bohemios en personajes reales de Piura de clase media venida a menos.
“Es una clase de bohemia que se daba en toda Latinoamérica. No trabajaban porque podían vivir sin trabajar. Algo que a un académico británico de los años sesenta le costaría entender”, mencionó.
Anoche, Mario Vargas Llosa participó de un conversatorio en el centro cultural Inca Garcilaso de la Cancillería, acompañado en la mesa por los también escritores Antonio Cisneros, Guillermo Niño de Guzmán y Fernando Ampuero.
Al Nobel le preguntaron sus colegas desde por qué no trabajaban Los Inconquistables, el grupo de bohemios piuranos que protagonizan La Casa Verde, hasta cómo le ha influido el cine, pasando por el valor que le da a la fidelidad histórica en sus novelas y la homosexualidad como tema literario.
En la charla, que duró alrededor de hora y media y que sirvió para que el Nobel peruano hablara de su última publicación, el ensayo La civilización del espectáculo, comentó, por ejemplo, que tiene como norma no tener certezas o buscar demostrar algo al momento de empezar un texto de ficción.
“Cuando he tenido una tesis o una convicción que quería defender, he escrito un ensayo, un artículo, he dado una conferencia, pero para mí la novela no puede ser un instrumento de divulgación, en que la anécdota es un mero epifenómeno”, mencionó.
“La meta del escritor es hacer creer al lector que lo que está leyendo es cierto, y eso no se consigue si percibe que le quieren vender un contrabando de tipo ideológico”, añadió.
Otra clave que dio sobre su obra es que la última palabra acerca de ella siempre la va a tener el público. Esto a raíz de la pregunta de Ampuero sobre cuál era el motivo de que Los Inconquistables no trabajaran.
ANDINA
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