Vargas Llosa defendió la publicación de obras inéditas, aunque criticó a las viudas y viudos, que explotan de una ´manera innoble´ cosas que el autor jamás hubiera permitido.
El intelectual peruano Mario Vargas Llosa recordó con afecto y admiración a su fallecido colega y amigo Mario Benedetti, quien a pesar de sus discrepancias políticas consideró como un buen escritor y un intelectual honesto, publicó hoy el diario Perú.21.
"Le tuve siempre afecto y admiración, aunque discrepé profundamente con él por razones políticas", dijo Vargas Llosa al rotativo, al precisar que su amistad con Benedetti se remontaba a la década de 1960.
"No sólo me pareció siempre un buen escritor sino un intelectual honesto, un hombre siempre coherente entre sus convicciones y conducta, a diferencia de otras personas, sobre todo en el campo intelectual, que usaron mucho sus convicciones para medrar", agregó.
Por otro lado, Vargas Llosa calificó de "edición absolutamente respetable" a la obra póstuma "Papeles inesperados", compilada por Aurora Bernárdez, viuda, albacea y heredera universal de otro de sus amigos, Julio Cortázar.
"Esa selección estoy seguro que está hecha con rigor y respeto, desde luego, por Cortázar y por la literatura", acotó Vargas Llosa, al remarcar que Aurora Bernárdez es "una de las mujeres más inteligentes" que ha conocido "y una de las lectoras más lúcidas".
En ese sentido, el intelectual peruano defendió la publicación de obras inéditas, aunque criticó a las viudas y viudos, que explotan de una "manera ya innoble cosas que el autor jamás hubiera permitido que se publicaran".
Asimismo, Vargas Llosa, quien acaba de publicar "Sables y Utopía" (una selección de artículos hecha por el escritor colombiano Carlos Granés), lamentó que los novelistas actuales no tengan muchas ambiciones literarias, situación que achacó a la cultura actual.
"La civilización de nuestro tiempo busca fundamentalmente el entretenimiento y la diversión. Es muy frívola", comentó.
Para el ensayista y novelista peruano, los pueblos como los lectores "se equivocan y muchas veces eligen lo peor", tras subrayar que existen dos clases de valores respecto a las obras de arte: uno que da el mercado y el otro, el intrínseco y estético.
Al comentar sobre sus novelas como "La ciudad y los perros" y "La tía Julia y el escribidor", señaló que en esos dos casos su experiencia personal fue crucial, pero que en otros solamente indirecta, al poner como ejemplo su proyecto sobre una novela basada en Roger Casement, un personaje vinculado al independentismo de Irlanda y al Congo.
"Creo que la memoria sólo puede ser un punto de partida porque, si uno no tiene libertad para manipular el recuerdo con entera libertad, transformándolo en algo distinto, entonces no hace literatura: hace un documental muy personal, íntimo, que puede tener interés como documento, pero que no es una obra de creación", enfatizó.
EFE
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