Como todo 28 de diciembre, el Día de los Inocentes es el escenario de bromas de todo tipo. La fecha tiene un origen religioso, pero sus costumbres van más allá.
Este miércoles 28 de diciembre se celebra en el Perú y en los países hispanos el Día de los Inocentes. Es una fecha de origen religioso pero que es más conocida por la tradición de hacer bromas de toda clase. Este es el origen de la costumbre.
El Día de los Inocentes recuerda la muerte de los recién nacidos en Belén por órdenes del rey de Judea Herodes. Como recuerda Infobae, el Evangelio de San Mateo dice que, luego de oír de la visita de los Reyes Magos a Jesús, el monarca quiso acabar con este “nuevo rey” y ordenó la matanza. Sin embargo, el hecho no está documentado en la historia de su época. No hay evidencia histórica de que esto sucedió y mucho menos de que ocurrió un 28 de diciembre.
Convención religiosa. Cuando la Iglesia Católica se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, reemplazó progresivamente las fiestas paganas por celebraciones cristianas. Tal es el caso de la Navidad en el 25 de diciembre, fecha en la que antes de festejaban las saturnales, dedicadas al dios romano Saturno. El medio español Las Provincias explica que estas celebraciones se extendían hasta inicios de enero e incluían, a modo de celebración, una “subversión del orden”, un “mundo al revés”. Este fue a su vez un tópico común en la cultura medieval.
La tradición se extendió, precisamente, hasta la Edad Media en Europa, donde se celebraban fechas como la fiesta de los locos en la misma época del año. Fue así que la Iglesia eligió el 28 de diciembre como el Día de los Inocentes, como una forma de reemplazarlas. La prohibición de estas está registrada en documentos de la época, como uno que se guarda en el Archivo Municipal de Valencia contra la fiesta del rey pájaro, de temática parecida. Todas estas, caracterizadas por las bromas y el 'descontrol', pueden ser encasilladas como fiestas de renovación.
Fue en la época moderna que el mundo hispanoamericano comenzó a tomar el 31 de diciembre como el Día de los Inocentes. El mismo medio español recuerda que hace un siglo era costumbre enviar un ataúd a la casa de un amigo, entrar a casas rurales a robar comida o reubicar los muebles de una casa.
También se hizo costumbre que la prensa difunda noticias falsas, tradición que se mantiene hasta hoy en medios impresos, televisivos y digitales. Como recuerda el medio mexicano Excelsior, en tierras aztecas se hizo costumbre pedir cosas prestadas y no devolverlas bajo el lema: “Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día, ¡nada se debe prestar!”. En nuestro país, bajo la misma herencia española, valen las bromas de todo tipo.
Equivalentes. La tradición de un día dedicado a las bromas no es exclusiva del mundo hispano. Los griegos celebraban una fiesta de este tipo llamada ἱλαρός y los romanos hacían lo mismo con Hilaria, fiesta entre el 19 y 21 de marzo en honor a la diosa Cibeles. Pero la celebración más conocida de esta clase es la del Día de las bromas en la mayoría de países de Europa y de Estados Unidos. La referencia más antigua a la asociación entre el día y las bromas está en Los cuentos de Canterbury (1932) de Geoffrey Chaucier, obra fundamental de la literatura inglesa.
Pero según explica el Huffington Post, la relación se hizo más fuerte cuando el papa Gregorio XIII ordenó adaptar el ‘Calendario Gregoriano’, con el que el Día de Año Nuevo se movía del fin de marzo al 1 de enero. Como la noticia tardó en llegar a Estados Unidos, siguieron celebrando el Año Nuevo el 1 de abril y fueron llamados en el viejo mundo como “April Fools” (Tontos de Abril). Sin embargo, la misma nota explica que lo más probable es que esta fiesta, y por extensión el Día de los Inocentes, tengan un mismo origen: los mencionados festivales de renovación, en los que los participantes disfrutan de engañar a otras personas como una forma de invertir el orden.
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