RPP conversó en exclusiva con Filippo Sorcinelli, diseñador de indumentaria sacra, quien ha creado ornamentos para León XIV y no descarta colaborar con artesanos peruanos en futuras vestiduras litúrgicas.
Son pocos los que se detienen a pensar en quién diseña la indumentaria sacra que luce el Papa, sin saber que detrás de cada hilo hay una historia de fe, arte y silencio. La belleza que envuelve las vestiduras litúrgicas es obra de Filippo Sorcinelli (1975, Italia), diseñador de confianza del Vaticano, perfumista y músico, autor de los ornamentos usados por los tres últimos papas: Benedicto XVI, Francisco y León XIV.
Pero antes de encontrar belleza en las vestiduras sagradas, Sorcinelli recuerda haber sentido admiración por lo divino en una iglesia vacía durante su infancia, en compañía de su madre. “La acompañaba a la iglesia mientras cuidaba del altar, de los bancos, de los objetos sagrados. Sus manos conocían el valor de las cosas simples. En el aire se mezclaban el aroma de los detergentes y el eco de un incienso ya extinguido. Allí aprendí que la fe precede al dogma, que la belleza puede surgir tanto de un suelo pulido con amor como de las grandes obras del arte sacro, y que cada gesto repetido con dedicación transforma el tiempo en oración”, revela el diseñador en exclusiva a RPP.

Formado en el Pontificio Instituto de Música Sacra, Filippo Sorcinelli afirma haber “rezado con el sonido, con las manos, con el olfato, con aguja e hilo”. “Cada forma que hoy habito, cada creación, nace de ese primer gesto: acompañar a mi madre mientras el mundo callaba, y lo invisible se hacía carne en el acto más humilde”, agrega.
¿Cuándo empezó su trabajo divino en el Vaticano?
Filippo Sorcinelli no es teólogo, pero habla de Dios con belleza y fe. “Yo, sin serlo académicamente, soy muchas veces teólogo a través del gesto: en los tejidos que visten lo sagrado, en los perfumes que hacen memoria, en la música que respira con el alma del rito”, sostiene el artista multifacético.
Su fe lo ha llevado a vivir experiencias inimaginables como recibir el llamado para diseñar la vestidura litúrgica de Benedicto XVI en el año 2008. ¿Qué sintió al ver al entonces Papa usando su creación? Le consultamos. “Sentí una sensación de plenitud, un aliento suspendido en el que la materia se dejaba transfigurar. Ver al papa Benedicto XVI con la vestimenta que yo había diseñado fue como reconocer a un niño que había crecido, listo para vivir su destino […] Esa vestidura, en ese día, señaló el camino hacia un origen, hacia una fuente que aún llama, aún moldea, aún envía”, responde emocionado sobre el momento que marcaría el rumbo de su trabajo con el Vaticano.

¿Cuál es la relación entre un diseñador de ornamentos sagrados y el Papa? ¿Existe un encuentro directo con el sumo pontífice antes de realizar las vestiduras?
Para quienes crean ornamentos sagrados, la relación con el Santo Padre se establece a través de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice. Cada ornamento nace en el corazón de una espera: la espera de un tiempo litúrgico que requiere forma, la espera de un alma que se prepara para el servicio del misterio. Con el Papa Francisco, he experimentado un sentido de esencialidad: su presencia ha guiado cada decisión hacia una estética sobria, arraigada en el Evangelio. No hubo necesidad de un encuentro directo. El ornamento no imita al Pontífice: acompaña su camino. Cada detalle refleja su misión pastoral. En ese lenguaje silencioso que solo la liturgia conoce, hasta la puntada más oculta puede proclamar el Evangelio.

León XIV, su indumentaria litúrgica y la posibilidad de colaborar con artesanos peruanos
Las piezas que crea Filippo Sorcinelli requieren materiales específicos como lanas, sedas y linos. “Junto a esos tejidos nobles, introduzco telas contemporáneas que poseen la capacidad de acoger la luz y adaptarse al ritmo de la liturgia. Cada vestidura nace para servir y no para lucirse”, explica el diseñador.
¿Qué elementos se deben considerar al momento de diseñar para el papa León XIV?
Con León XIV comienza una temporada de nueva solemnidad: su figura requiere un proyecto que una la firmeza de la tradición con la delicadeza de las últimas décadas.
La colaboración iniciada con su pontificado involucra al atelier LAVS [estudio de Filippo Sorcinelli] en un recorrido litúrgico-artístico concreto: ya he realizado para él algunos ornamentos destinados a sus liturgias.
Al diseñar para León XIV, cada elección contempla tres dimensiones: la historia que resuena —pues cada tejido evoca la continuidad con los grandes pontificados—; la presencia contemporánea —porque la calidad de la materia no es solo estética, sino también disciplina—; y la síntesis de la misión, donde cada ornamento se convierte en un manifiesto silencioso: desde el corte de la casulla, que abraza a la comunidad, hasta la estola, que atraviesa el corazón de la liturgia.

Filippo Sorcinelli está al tanto del vínculo entre el papa León XIV y el Perú. “No se limita a una afinidad espiritual: hunde sus raíces en la carne viva de su biografía”, manifiesta. Por eso, no debería sorprender si en algún momento colabora con artesanos peruanos.
“Durante más de veinte años, León XIV habitó la tierra andina como misionero agustino, hasta llegar a ser obispo de Chiclayo. En este contexto, pensar en los ornamentos para su pontificado significa dar cuerpo a esa raíz viva. Me gustaría trabajar en la posibilidad de involucrar a artesanos peruanos en la creación de elementos decorativos, tejidos e inserciones simbólicas. Las manos de los tejedores andinos, los oros ligeros de los valles de Cajamarca, los pigmentos de la tierra quemada se convierten en instrumentos para contar, a través de la liturgia, una Iglesia que nace desde abajo y asciende con dignidad hasta el altar. Colaborar con los artesanos peruanos significaría un verdadero acto de verdad. Cada bordado puede llevar consigo la fuerza de una identidad vivida, cada hilo entrelazado puede volverse una alianza visible entre Roma y los Andes”, finaliza.