Conoce la historia de San Isidro Labrador, santo al que se invoca para obtener buenas cosechas y regular las lluvias.
San Isidro nació en Madrid, España, durante el periodo de la Reconquista. Está muy ligado al trabajo agrícola, ya que durante su vida realizó esta labor. Se cuenta que labraba duramente la tierra todos los días, pero también acudía todos los días a recibir la Eucaristía y dedicada muchas horas a la oración. Su devoción fastidiaba a algunos de sus compañeros, quienes un día lo acusaron de ausentismo ante uno de sus patrones.
Se dice que mientras estuvo ausente, ocupado en sus oraciones en una iglesia, un par de ángeles bajaron del cielo, tomaron el arado y dirigieron los bueyes para cumplir con la labor encomendada al piadoso campesino. Fue así que cuando el patrón llegó, encontró todo en orden y los acusadores quedaron en ridículo.
Su piadosa vida culminó cuando el Santo tenía aproximadamente 90 años de edad. De inmediato comenzó a ser venerado y empezaron a atribuírsele milagros. A San Isidro se le invoca para obtener buenas cosechas y regular las lluvias. Fue canonizado por el papa Gregorio XV en 1622
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