La iniciativa, cuyo tratamiento en la cámara Baja había comenzado el 7 de septiembre, fue aprobada por 329 diputados y rechazada por 233, en un hemiciclo casi completo.
La iniciativa, cuyo tratamiento en la cámara Baja había comenzado el 7 de septiembre, fue aprobada por 329 diputados y rechazada por 233, en un hemiciclo casi completo, tras un receso de algunas horas y luego de una agitada sesión que se prolongó durante la noche.
Respaldada por la mayoría gobernante de la Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha) y por los diputados de Nuevo Centro, el proyecto de ley pondrá fin al sistema de jubilación vigente desde 1983 durante la presidencia de Francois Mitterrand.
En contra votaron los diputados de la oposición de izquierda y verdes.
La iniciativa fue aprobada en presencia del ministro de Trabajo, Eric Woerth, involucrado desde hace tres meses en un escándalo político-fiscal en torno a la heredera del emporio L"Oreal, una de las mayores fortunas del país.
La reforma aumenta de 60 a 62 años la edad mínima para acceder a la jubilación, de 65 a 67 años la edad para cobrar una pensión completa y prolongará a 41,5 la duración mínima del periodo de aportes.
El proyecto de ley pasará ahora al Senado, donde empezará su tratamiento el 5 de octubre.
Antes, el 23 de septiembre, los sindicatos franceses convocaron a una nueva jornada de protestas y huelgas contra la reforma, que la semana pasada sacó a las calles de Francia a unos tres millones de personas.
La votación tuvo lugar pasadas las 15H00 locales (13H00 GMT), en un ambiente bastante cargado, en el cual no faltaron ataques mutuos, abucheos y ovaciones, tras una sesión que había comenzado la tarde del martes y que fue interrumpida por la mañana.
Para aplazar la hora de la votación, más de 150 diputados socialistas, comunistas y verdes, se habían inscrito en la lista de oradores con derecho a intervenir cinco minutos cada uno.
"Nuestra República ha sido dañada", lamentó el jefe de fila de los socialistas, Jean Marc Ayrault, que vestía la banda tricolor, como muchos de sus camaradas de bloque, días después de asumir el compromiso público de la ex candidata a la presidencia de su partido, Segolene Royal, de que si el PS regresa al poder en 2012, volverán a la jubilación a los 60 años.
El gobierno conservador francés, que se mantuvo firme en los puntos clave de la reforma, la justificó en la necesidad de salvar un sistema que en 2030 tendrá un déficit de 70.000 millones de euros, y en el aumento de la esperanza de vida.
Los analistas consideran que Francia tiene que dar garantías a los mercados financieros de que reducirá su déficit público que registró un récord del 8%.
El aumento de la edad de jubilación mínima reportará a las arcas del Estado más de 18.000 millones de euros en 2018.
Según una encuesta reciente, el 57% de los franceses desaprueban el aumento de la edad y el 68% la consideran una reforma "injusta" como afirman desde un principio los sindicatos y la oposición de izquierda.
"La partida no ha terminado", advirtió el martes la responsable del Partido Socialista, Martine Aubry, que respaldó las movilizaciones callejeras.
Con más de 15 millones de jubilados, Francia es uno de los países europeos donde la edad mínima para tener derecho a jubilarse es más baja, aunque eso sí, habiendo trabajado 40 años.
Todos los países europeos reformaron su jubilación en la edad o en los años de aportes pero no en ambos como en Francia cuyo sistema "será uno de los más duros de Europa", advertía esta semana el diario Le Monde.
AFP
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