El economista señaló que Perú ha tenido mucha suerte como exportador de commodities pero debería darle prioridad a los aspectos sociales.
Indicó que Perú ha tenido mucha suerte como exportador de commodities que han contado con una elevada demanda en los últimos años, pero América Latina en general es la región más desigual del mundo, por lo que habría que dar prioridad a aspectos sociales.
Advirtió que no es posible mantener tasas de crecimiento elevadas, de nueve por ciento por ejemplo, con una baja inversión en capital humano.
"El freno en Perú y en América Latina será el capital humano que es muy importante para el desarrollo", anotó en el marco de la V Cumbre Internacional de Comercio Exterior "Perú futuro: Rumbo al primer mundo de los negocios internacionales", organizada por al Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Refirió que la calidad en la educación no ha ido de la mano del crecimiento en América Latina y mientras no se mejore la calidad no se podrá seguir avanzando.
"Es un problema que tiene que ser abordado a nivel político pues los precios de los commodities pueden verse afectados si hubiera un freno económico global, sobre todo en China, por lo que Perú debe diversificar su oferta exportadora", dijo.
Asimismo, mencionó que el sector privado ha venido liderando el desarrollo institucional en Perú pero existen aún brechas que vienen sobre todo por el lado del Sector Público y no es posible pasar a ser un país del primer mundo sin desarrollar las instituciones.
De otro lado, desestimó que pueda registrarse una segunda crisis mundial y aseguró que a Estados Unidos le va a tomar mucho tiempo recuperarse ya que esta recuperación será de largo plazo.
Fukuyama explicó que la falta de regulación derivó en la crisis económica mundial reciente.
"Se creía que en Europa había disciplina, especialmente en los estados nuevos, y que iban a aplicar apropiadas medidas fiscales, pero la realidad va a entorpecer un poco la expansión y consolidación de la Unión Europea", comentó.
Sin embargo, destacó que existe un modelo chino en el que el Estado no sólo se preocupa por la infraestructura básica sino que tiene un rol mucho más fuerte en la promoción de infraestructura, en desarrollar industrias complementarias y en el control monetario. (ANDINA)
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