Tras el plazo límite otorgado por Obama, quien se quejó de la lenta restructuración del sector, los gigantes automotrices anunciaron medidas para poder acceder a la ayuda del Gobierno.
General Motors (GM) dejó hoy abierta la puerta a una posible declaración de bancarrota al señalar que aunque preferiría reestructurarse "fuera de los tribunales", la empresa "tomará cualquier paso necesario" para tener éxito.
El anuncio se produjo poco después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, anunciara hoy que GM tiene 60 días para presentar un plan de reestructuración más profundo y radical que el preparado hasta el momento.
GM dijo a través de un comunicado, que el plan de la Casa Blanca para el sector del automóvil marca "una nueva era" para el país y "un momento definidor en la historia" de la compañía.
La empresa dijo que aprovechará los próximos 60 días para mejorar la viabilidad a largo plazo de la compañía, "incluida la reestructuración de las obligaciones financieras con los tenedores de bonos, sindicatos y otras partes interesadas".
"Nuestra primera preferencia es completar esta reestructuración fuera de los tribunales (sin declarar la bancarrota). Sin embargo, GM tomará cualquier medida necesaria para reestructurar con éxito la compañía, lo que podría incluir un proceso supervisado por los tribunales", añadió el fabricante.
El nuevo consejero delegado de GM, Fritz Henderson, dijo que "en los próximos 60 días trabajaremos continuamente con todas las partes para cumplir las agresivas exigencias que han sido establecidas por el Grupo Presidencial del Automóvil (GPA)".
Por su parte, Chrysler anunció que llegó a un acuerdo final con la italiana Fiat para formar una alianza, poco después de que el Gobierno estadounidense condicionara la concesión de más ayudas a la firma de un acuerdo definitivo.
El presidente de Chrysler, Bob Nardelli, dijo a través de un comunicado que "Chrysler, Fiat y Cerberus han alcanzado un acuerdo sobre el marco de la alianza global, apoyado por el Departamento del Tesoro"
Chrysler y Fiat llegaron a un acuerdo provisional a principios de mes, según el cual la empresa italiana recibirá un 35 por ciento del accionariado de la compañía estadounidense, a cambio de la transferencia de tecnología, modelos y capacidad de distribución mundialmente.
EFE
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