El PBI peruano creció 3.3 % en 2024, pero aún está un 6 % por debajo de su tendencia prepandemia. Martín Valencia, del IPE, informó qué factores debieron impulsar esta cifra y las oportunidades que tiene el país a nivel global.
El crecimiento del PBI peruano en 2024 alcanzó un 3.3 %, una cifra que parece ser positiva. En este marco, Martín Valencia, jefe de Estudios Económicos del Instituto Peruano de Economía (IPE), advierte que si bien este crecimiento es el más alto desde 2018 —sin contar el rebote del 2021—, aún estamos un 6 % por debajo de la tendencia que se hubiera mantenido sin la pandemia y la recesión de 2023.
"Es un resultado al que no hay que tirarle fuegos artificiales", señala Valencia, mencionando que el país sigue lejos de su potencial de crecimiento.
Inversión privada pudo impulsar más el crecimiento
Uno de los elementos determinantes en el crecimiento económico fue la inversión privada. En la primera mitad del año se estancó en 0 %; posteriormente, en el tercer trimestre creció un 4 %, y se espera un comportamiento similar en el último trimestre.
No obstante, la inversión minera no ha mostrado un crecimiento significativo, pese al contexto favorable de los altos precios de los minerales.
"Aun con las medidas de Trump, que cuestiona el cambio climático, igual se requieren los metales que tenemos acá para las energías renovables, para combatir el cambio climático, para hacer esa transición de matriz energética. Este debería ser un contexto en el cual el Perú debería aprovecharlo y la inversión minera, tanto en construcción como en exploración, debería estar yendo a dos dígitos", explica Valencia.
El reto fiscal y la estabilidad económica
Otro aspecto que no debe pasarse por alto es el déficit fiscal, que actualmente se sitúa en 3.7 %. Para este año, la meta es reducirlo a 2.2 %, pero desde el IPE prevén que esto no se cumplirá.
"Fueron 2 años seguidos de incumplimiento de esa meta y para este año debería caer hasta 2.2 %. Desde el IPE pronosticamos que no se va a cumplir. Aun así, se espera un gran ingreso de una gran recaudación por regularización entre marzo, abril y mayo", advierte Valencia.
Por otro lado, en cuando al contexto en el que José Salardi asume la cartera de Economía y Finanzas, el experto considera que asumirá el reto de mantener la estabilidad fiscal y frenar proyectos legislativos que puedan afectar las cuentas públicas. Además, considera que la relación con el Congreso será clave.
"Muchas veces el MEF se considera solo como Hacienda y no. Tiene que ser un Ministerio de Economía que salga a promover inversiones y parte de ello es coordinar con otros sectores, por ejemplo, en el caso de seguridad, porque eso da finalmente afecta las señales que se den a los inversionistas", sostiene el economista.
El impacto del contexto electoral en la inversión
De cara a las elecciones presidenciales de 2026, el comportamiento de la inversión privada podría verse afectado. Según el IPE, la inversión se acelerará en la segunda mitad del 2025, pero podría desacelerarse nuevamente en 2026 debido a la incertidumbre política.
Es común ver una economía más retraída conforme se acercan las elecciones. Para mitigar este efecto, "se necesita impulsar proyectos de inversión que van a ser multianuales", es decir, que trasciendan los ciclos políticos, afirma Valencia.
Uno de los sectores donde esto es clave es la minería. El especialista menciona que en 2025 se espera la ejecución de proyectos medianos, como Safranal y Pampa de Pongo, con inversiones de entre $ 1,500 y $ 2,000 millones. Sin embargo, aún falta mayor impulso para proyectos de gran envergadura, como Yanacocha Sulfuros, que representa una inversión de casi $ 5,000 millones.
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