Ante la crisis, "la respuesta poco ortodoxa" de Ben Bernanke llevó las tasas de interés a cero e inundó el sistema financiero con liquidez.
El debate continúa sobre la atribución de responsabilidades en la crisis financiera desatada hace un año con la quiebra del banco Lehman Brothers pero, según los analistas, la rápida y enérgica respuesta del presidente de la Reserva Federal estadounidense permitió evitar lo peor.
Un año después, se vislumbra una reactivación, luego de la mayor crisis económica registrada desde la Segunda guerra mundial.
El protagonista durante esta crisis fue sin duda el presidente del banco central estadounidense (Fed), Ben Bernanke, un profundo conocedor de los años 1930 decidido a evitar la repetición de la catástrofe económica vivida en esa época.
Agradecido, el presidente Barack Obama lo nominó recientemente para un segundo mandato. "La política de la Fed permitió evitar una segunda gran depresión", estima el economista Joseph Brusuelas, en el sitio Moody"s Economy.com.
Ante la crisis, "la respuesta poco ortodoxa" de la Fed llevó las tasas de interés a cero e inundó el sistema financiero con liquidez.
Según Brusuelas, este aporte de efectivo "restableció lentamente la confianza en el sistema bancario" y ayudó a descongelar el crédito con el objetivo de reanudar la actividad.
Jeffrey Sachs, economista de la universidad de Columbia (en Nueva York), estima que en el momento de la quiebra de Lehman Brothers, "una depresión parecía posible", pero que ahora "la tempestad se aleja" gracias a la excepcional respuesta de la Fed y de los otros bancos centrales.
"Las medidas de emergencia tomadas durante meses por los bancos centrales más influyentes del mundo permitieron evitar el hundimiento de los mercados financieros", escribe Sachs.
Diane Swonk, economista de Mesirow Financial, estima que la Fed y su presidente "actuaron articularmente bien en el peor momento de la crisis".
"Reaccionó muy rápidamente, con mucha imaginación", agregó. "Cuando Lehman cayó la pregunta era: "¿quién más caerá?".
Sin embargo, Bernanke no puede escapar a su parte de responsabilidad en la crisis, luego de desempeñarse como gobernador del banco central bajo la presidencia de Alan Greenspan entre 2002 y 2005, antes de asumir las riendas de la Fed a comienzos de 2006, cuando se gestaba la crisis.
Poco antes de que la crisis estallara, Bernanke "minimizaba las señales de alarma que se le mostraban", observa John Brown, especialista de mercados.
"Lo más preocupante en esta historia es que el defendía "el dinero fácil" bajo la presidencia de Greenspan, lo que le valió el apodo de "Ben el helicóptero"" por su metáfora en la que proponía lanzar dinero desde un helicóptero para reactivar el consumo, recuerda Brown. "Esto alentó el crecimiento de bancos que no tenían nada que envidiar a los casinos y llegaron a ser "demasiado grandes para quebrar"", se lamenta.
Sin embargo, un año después, la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) muestra que la economía no se hundirá tanto, como lo temían algunos. Economistas del TD Bank Financial estiman en 3,9% la caída del PIB estadounidense de diciembre de 2007 a junio de 2009, mes que podría marcar el fin de la recesión, según ellos.
Pero aunque se trate de la mayor crisis desde la guerra, la actual no está tan lejos de las dos recesiones de 16 meses que hicieron perder 3,2% del PIB entre 1973 y 1975 y 2,9% entre 1981 y 1982.
"La gran recesión podría no ser tan diferente a las otras, finalmente", según TD Bank. AFP
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