Cómo surgieron los caballeros enfrentados
El logo de la marca Faber-Castell es conocido e identificado en todo el mundo: dos caballeros enfrentados en color verde oscuro. ¿Pero de dónde provino este emblema? Para descubrir los antecedentes es necesario adentrarse en la historia de este famoso fabricante de lápices que se remonta casi a 250 años atrás.
Hasta 1898, la empresa pertenecía a la familia Faber y se la conocía como A.W. Faber. En ese momento Ottilie von Faber, heredera de la empresa, se casó con el Conde Alexander zu Castell-Rüdenhausen, un miembro de una de las más antiguas líneas de nobleza alemana. Pero su abuelo, Lothar von Faber había estipulado en su testamento que el nombre Faber debería permanecer en el de la empresa en forma permanente. Así, con la autorización del Rey de Bavaria, cambiaron su apellido a Faber-Castell ÂÂ un nombre que también se aplicó a la empresa y, por lo tanto, a la marca.
En 1905, poco después de convertirse en director ejecutivo, el Conde Alexander lanzó una nueva línea de lápices de la máxima calidad que llamó Castell. Para diferenciarlos de sus competidores el Conde Alexander eligió el color de su blasón para la pintura del revestimiento: el verde. Con el pasar de los años los lápices Castell se convirtieron en un clásico. El Conde Alexander también encargó un cuadro de dos "caballeros del lápiz", un motivo publicitario que decoró las cajas y embalajes por décadas, en una serie de variantes. Luego se lo consideró algo anticuado y se lo abandonó. Sin embargo, a principios de los años "90, cuando el actual Conde estaba creando una nueva imagen corporativa para la empresa, los caballeros retomaron su lugar como símbolo de la marca Faber-Castell. En forma estilizada, hoy constituyen una parte esencial del logo de la empresa.
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