Adquirir experiencia en el campo de trabajo y estudiar para profesionalizarte son dos cosas que no deberían competir entre sí.
El concepto de experiencia se refiere al conocimiento procedimental o cómo hacer algo, en lugar del conocimiento factual sobre datos y hechos. Ninguno de estos conocimientos es más importante que el otro, por lo que hoy en día es necesario realizar ambas actividades (estudio y trabajo) paralelamente.
Aunque el estudio sigue siendo básico para acceder a un empleo, las empresas demandan fundamentalmente personas versátiles, que no sólo manejen un tipo de conocimiento, sino que además de finanzas, por ejemplo, sepan de marketing y cuenten con habilidades comunicacionales y de liderazgo. Mientras más destrezas poseas, más puntos tendrás para obtener la posición que quieres.
“Las universidades están comenzando a incluir las prácticas profesionales como parte nuclear de su malla curricular, de manera que cuando salgan al mercado, sean profesionales más competitivos, seguros de sí mismos y posean las herramientas necesarias para poder competir por un empleo”, señala Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú en el blog trabajando.pe.
El conocimiento que se adquiere haciendo es valorado por las empresas, pero la especialización que se logra siguiendo un diplomado o estudios de posgrado nos da un valor agregado frente a la competencia. La fórmula es saber moverse entre las aulas universitarias y el trabajo a lo largo de nuestra vida profesional.