Es recomendable consumir el Omega concentrado en cápsulas que en aceites naturales. Estos, si bien son muy saludables, no tienen el nivel suficiente de concentración.
Son conocidas las funciones cardioprotectoras de los ácidos grados Omega 3 y 6, pero aún no tanto las del Omega 9.
Precisamente la ciencia ha desarrollado actualmente la concentración de un componente de uso preventivo de los males coronarios, denominado Omega 3-6-9 especialmente indicado para elevar los niveles de antioxidación del organismo a través de la ingesta en cápsulas, por ejemplo, como una forma práctica de consumirlo regularmente como complemento alimenticio.
"El organismo humano, por acción de algunos componentes de la dieta alimenticia y de estilos de vida relacionados con la tensión nerviosa y el sedentarismo, forma desechos tóxicos que causan oxidación y deterioro celular. Esto deriva, poco a poco, en males como los del corazón, explica el doctor Óscar Medrano, Director Médico del Laboratorio Refasa.
Frente a todo ello, es mucho más recomendable consumir el Omega concentrado en cápsulas que en aceites naturales. Estos, si bien son muy saludables, no tienen el nivel suficiente de concentración que sí el Omega 3-6-9, altamente concentrado, para lograr un efecto antioxidante más efectivo en el organismo".
Por otro lado, el doctor Medrano explica que tradicionalmente se ha relacionado los problemas del corazón al sexo masculino, pensando en que el estrógeno de la mujer la protege permanentemente contra estos males. "Esta protección disminuye cuando la mujer avanza en edad y el estrógeno disminuye. Entonces hombres y mujeres son igualmente vulnerables".
Revolucionario "3-6-9"
En efecto, la revolución del Omega ha motivado en el país el reciente lanzamiento de medicamentos OTC (sin receta médica) como el Omega Active, elaborado con biotecnología europea e indicado como complemento a la dieta diaria y especialmente recomendado para personas mayores de 35 años, hombres y mujeres. Sin embargo, dice Medrano, "el Omega debe ser consumido desde el primer día de vida, porque el organismo no lo produce y solo algunos alimentos como el salmón, que no es precisamente muy accesible, lo contienen".
Cabe advertir que estos tres ácidos grasos, trabajando "en equipo", son esenciales para el buen funcionamiento de nuestro metabolismo: Omega-3 (Ácido graso alfalinoleico), Omega-6 (Ácido graso linoleico) y Omega 9 (ácido oléico). Estos Omega, son indispensables para el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso.
El Omega-3, por ejemplo, se cuela la sangre, disminuye los riesgos de paro cardiaco, y permite reducir el tipo de colesterol malo LDL, preservando al mismo tiempo el bueno HDL; estimula el sistema nervioso. Por otra parte, permite la regeneración de las células; desempeña un papel fundamental en el desarrollo del cerebro y la retina, así como en la formación y la movilidad de los espermatozoides, el reglamento del sistema hormonal y el antiinflamatorio.
Por su parte, el ácido grado Omega-6 tiene como función coagular la sangre, y procura que los tejidos musculares suaves se contraigan fácilmente. Es útil para combatir el asma, proteger las arterias y el corazón. Además, es un antiinflamatorio potente que estimula el sistema inmunitario.
En relación al Omega 9, finalmente, se sabe que puede apoyar la prevención del cáncer, ayudar a las personas afectadas por diabetes de tipo II y prevenir las disfunciones cardiovasculares.
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