Logró salir del mar malherida y sangrando profusamente pero un guapo chico rasta la ayudó a mantener la calma hasta que llegó la ambulancia.
Aunque haya decidido que su vocación es la de hacer reír a la gente, la actriz Amy Schumer se tomaba muy en serio el voleibol en el instituto, pero también hacía surf, deporte que estuvo a punto de dejarla sin una pierna a causa de un aparatoso accidente. Amy estaba surfeando cuando una de las quillas de la tabla se clavó en su pierna haciendo un enorme corte que no paraba de sangrar.
“Tengo una cicatriz muy fea en la pierna por hacer surf. Cuarenta y un puntos, tres capas. Me enquillé a mí misma. Una de las quillas se clavó en mi pierna y tuve que sacarla. Completamente sola. Tomé la tabla y nadé hacia la playa. Estaba a punto de llegar el invierno y no había nadie, pero encontré a un chico. Yo le decía: ‘Necesito que me sujetes la pierna’. Le ordenaba. Y él me sujetó la pierna con sus manos desnudas mientras salía sangre y grasa de la herida. Me gustaría saber quién era porque me salvó la vida. Tenía pintauñas azul en los pies y en las manos y el pelo largo con rastras. Y le recuerdo guapo”, rememoraba la actriz en el último número de la revista Vanity Fair.
“Se formó una multitud a mi alrededor y yo podía ver a mi padre buscándome por la playa. Y yo estaba como: ‘Ese es mi padre, pero no lo llamen. Va a alucinar. Es muy sensible. Se va a poner a llorar. Pero lo trajeron y cuando vio mi pierna empezó a hacer un ruido como de estar tragándose los dientes. La gente no paraba de ponerme toallas encima y yo les decía: ‘No tengo frío, ¡hay un agujero en mi pierna!’. Seguí haciendo chistes. La ambulancia tardó quince minutos en llegar”, explicaba.
“Al principio pensé que iba a morir, pero cuando me di cuenta de que no, pensé que iba a perder la pierna, y que tendría que ir a los institutos como ponente para motivar a la gente. Estaba muy molesta con mi vida. Pero luego terminó bien”, confesaba Amy.
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