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Boda real de Guillermo y Kate ayuda a sobrevivir a la monarquía

EFE
EFE

La casa Windsor, a la que pertenece la actual realeza británica, espera que con esta unión se inaugure una nueva era.

"Es necesario que todo cambie para que todo siga igual": el matrimonio de Guillermo de Inglaterra, miembro de la rancia monarquía británica, y de la ex plebeya y ahora princesa Kate, es un ejemplo de la paradójica necesidad de cambiar para sobrevivir.

La frase pronunciada por el príncipe de Salina en "El Gatopardo", la obra maestra del escritor italiano Guseppe di Lampedusa, se podría aplicar a este matrimonio, con el que la Casa de Windsor, llamada "La Firma", espera pasar la página e inaugurar una nueva era.

La monarquía, cuyos cimientos fueron sacudidos tras la muerte de la princesa Diana, que puso en evidencia su desconocimiento y lejanía del pueblo británico, demuestra con esta boda del príncipe con una universitaria cuyos antepasados fueron mineros, que ha aprendido a adaptarse para sobrevivir.

Hace catorce años, tras la muerte de Diana en un túnel en París, la medieval Abadía de Westminster tembló con el elogio pronunciado por el hermano de la princesa, el Conde Spencer, que impugnó la legitimidad moral de la corona por la frialdad que demostró ante la muerte de la "princesa del pueblo". La monarquía británica mostró en ese entonces su fragilidad, como también en 1992, un "annus horribilis" para la Casa de Windsor, en palabras de la propia reina Isabel II.

Los tres hijos de la Soberana, jefa indiscutible de la Firma, habían protagonizado escándalos públicos que terminaron en separación y divorcio, y el castillo de la corona en Windsor, a una hora de Londres, fue presa ese año de las llamas.

Con la boda del futuro rey de Inglaterra con la hija de una ex azafata y un ex despachador de vuelos, millonarios propietarios ahora de una tienda de artículos para fiestas, la monarquía pasa la página y aspira a olvidar la etapa en la que vislumbró el abismo.

Porque aunque nadie duda de que Guillermo y Kate Middleton, que ese conocieron hace ocho años en la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, se quieren -lo que no fue el caso para los padres del novio, Diana y Carlos-, para la monarquía, este enlace tiene una trascendencia que va más allá del romance.

Kate, que tras su boda se llama duquesa de Cambridge, es la sangre nueva que necesita la rancia monarquía británica para reinventarse: "La Firma" cambia, pero sólo para seguir reinando.

Un símbolo de que esa etapa oscura ya fue superada, y casi olvidada, es que este viernes, el Conde Spencer, el hermano de Diana, pasó casi desapercibido entre los 1.900 convidados que asistieron a la ceremonia nupcial en la abadía de Westminster.

En cambio, la Reina, vestida con un traje y sombrero primaverales, ambos de color amarillo, fue ovacionada por el millón de personas que convergieron el viernes en las calles de Londres. La popularidad de la Soberana, de 85 años, se mantiene alta.

Aunque una buena parte de la población ha ignorado la boda, un reciente sondeo Ipsos-Mori señala que un 75% de los británicos están en favor de que Gran Bretaña se
mantenga una monarquía.

La realeza británica, que en ojos de muchos es una institución anacrónica en el siglo XXI, parece tener muchos años por delante. Un indicio de ello es que los republicanos lograron congregar a tan sólo unas 200 personas en la gran fiesta "no boda" a la que habían convocado en el centro de Londres.

La monarquía se ha adaptado a los tiempos que se viven, y el palacio real se ufana de que es miembro de redes sociales, como Facebook, y que usa Twitter -cambios que apuntan a un nuevo enfoque de las operaciones públicas-, pero aún falta por ver qué pasará en lo que se refiere a quién debe heredar la corona.

El matrimonio celebrado el viernes "garantiza la continuidad de la corona", dijo a la AFP el comentarista real Hugo Vickers. ¿Pero qué pasaría si el primer hijo de Guillermo y Kate es una niña? En el siglo XXI, una discriminación por sexo generaría controversia.

Un 75% de la población británica opina que el mayor de los hijos, sea hombre o mujer, debe heredar la corona, contra un 17% que piensa que debe ser el hombre.

¿Responderán la monarquía y el gobierno británico al deseo del pueblo?

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