Sus fanáticos rindieron tributo a su reina con flores, música y bailes en su última morada, donde descansa junto a su inseparable Pedro Knight.
Los fanáticos de Celia Cruz rindieron tributo a su reina, en el décimo aniversario de su muerte, con flores, música y baile en el cementerio Woodlawn, en el condado de El Bronx de Nueva York, donde descansan sus restos junto a los de su inseparable esposo, Pedro Knight.
La potente voz de la "reina de la salsa" se escuchó en el mausoleo, hasta donde llegaron sus admiradores para bailar al ritmo de su música y aplaudirle como tantas veces lo hicieron a lo largo de su carrera en que les endulzó su vida con su "¡Azúcar!".
"Quimbara", "Cúcala" y "La vida es un carnaval" fueron algunos de los temas elegidos por la historiadora del Woodlawn Cristiana Peña, y que se escucharon a través de los altavoces colocados en el cementerio en coordinación con la Fundación Celia Cruz.
"Soy el primero que llega cada año y le traigo sus flores. Esta corona es de la Virgen de la Caridad del Cobre", patrona de Cuba, de la que era devota Cruz, dijo a Efe el puertorriqueño Rafael Rodríguez, quien estuvo puntual a las 10 de la mañana cuando el cementerio abrió sus puertas, y que vestía una camiseta con la imagen de Celia Cruz y Ray Barretto.
"No puedo creer que ya hayan transcurrido diez años", argumentó Rodríguez, uno de los que hoy bailó en el mausoleo como tributo a la "Guarachera de Cuba", y entre los que también estuvo la dominicana Josefina Balbuena, quien viajó desde el vecino Nueva Jersey.
Balbuena llegó acompañada por una amiga y, mientras compartía anécdotas son otros admiradores, con orgullo señaló: "Dicen que me parezco a ella", .
La dominicana señaló además a Efe que recuerda a Cruz "como una persona que fue familia de todos, aunque no tenía tu sangre".
"Es alguien a quien voy a recordar con mucho amor y azúcar", agregó Balbuena, quien visiblemente emocionada exclamó "mi negra bella" al acariciar por primera vez la tumba de la intérprete, y aseguró que no había venido antes al cementerio "porque no tenía el valor" para enfrentarlo.
Rodríguez, Balbuena y otros admiradores de la guarachera bailaron mientras se oía la voz de Celia en "Yo viviré", la versión en español de "I will Survive", un tema que hoy mas que nunca tiene vigencia entre sus seguidores.
"Oye mi son, mi viejo son tiene la clave de cualquier generación, en el alma de mi gente, en el cuero del tambor, en las manos del conguero, en los pies del bailador, yo viviré, allí estaré, mientras pase una comparsa con mi rumba cantaré, seré siempre lo que fui, con mi azúcar para ti, yo viviré, yo viviré", retumbaba la canción en el silencio del cementerio mientras el grupo seguía bailando.
Poco a poco los admiradores de todas edades fueron llegando al cementerio, entre ellos Carlos Ayala, de origen ecuatoriano, quien se tatuó el año pasado en la espalda a su ídolo recibiendo su segundo Grammy en 2003.
Según el joven, esa imagen es la foto "mas preciosa" de Celia porque "se veía como era, una reina" y decidió hacerlo cuando leyó unas palabras de la cantante que no olvida: "Esta enfermedad puede quitarme la vida pero nunca las ganas de luchar".
Ayala, que colocó fotos de Cruz y su "cabecita de algodón" sobre las tumbas y llevó un portátil como más de 300 imágenes de su ídolo, que nunca conoció, dijo a Efe que admiró a la cantante porque enfrentó su enfermedad "con valentía y dignidad".
Entre el grupo de seguidores había un joven que observaba con satisfacción todo lo que ocurría. A pesar de que sólo tenía diez años cuando la cantante falleció, tras batallar contar el cáncer, Jazzy García es un devoto de Cruz.
"Cuando tenía 14 años estaba triste y escuché "La vida es un carnaval". Entonces busqué información de Celia Cruz. Pese a su enfermedad se paró en un escenario (en el homenaje que le rindió Telemundo)", dijo con admiración.
García, que viajó desde Masachussetts, aseguró que Cruz es "inolvidable, famosa, fue humilde..., pero aún así esas palabras se quedan cortas para describirla".
EFE
Comparte esta noticia