Con su imagen de "hombre duro" acompañándolo en sus películas, el actor de 71 años es un testimonio de que un joven con problemas puede rehabilitarse.
Después de superar problemas de pandillas y drogadicción en su juventud, el actor estadounidense Daniel "Danny" Trejo promueve la educación y la ayuda a otros como los recursos para que muchos hispanos en Estados Unidos alcancen sus metas. Con su imagen de "hombre duro" acompañándolo en sus películas, el actor de 71 años es un testimonio de que un joven con problemas puede rehabilitarse, rehacer su vida y ayudar a los demás.
"Todo lo bueno que ha pasado en mi vida es el resultado directo de ayudar a otras personas", aseguró el actor de origen mexicano. Nacido en un vecindario hispano de Los Ángeles (California), Trejo vivió en esa área hasta cuando tenía 13 años con sus padres Alice Rivera y Daniel Trejo, un trabajador de la construcción. "Tuve problemas y me mandaron para Texas. Querían que me quedara allá tres años pero solo duré tres meses: me escapé y me volví para Los Ángeles", recordó el actor de "Desperado". Luego pasó el resto de su adolescencia en Pacoima, al norte de Los Ángeles, aunque entre 1959 y 1969 estuvo varias veces en la prisión.
Juventud en prisión
Cuando cumplía una condena de cinco años en San Quintín, ingresó a un programa de rehabilitación de drogas, se dedicó al boxeo y llegó a ser campeón de los pesos ligero y welter de esa penitenciaría. "He estado sin drogas y sobrio por 47 años, incluso en la prisión. Cuando voy a una cárcel a hablarles les digo 'tú puedes ayudar a la gente aquí, en la prisión; por ejemplo, hay personas que no saben leer'", explicó.
Sin embargo, recién liberado la mala fama que lo precedía no le servía mucho en su propósito. "Recuerdo que al principio cuando alguien en la calle necesitaba ayuda, por ejemplo moviendo un mueble, y yo me acercaba me decían, 'Hey, no me vayas a robar'". Pero su misma experiencia en la cárcel y su compromiso de ayudar a otros a mejorar le sirvieron para encontrar el camino de la actuación. Un actor adolescente de la película "Runaway Train", a quien Trejo ayudaba a rehabilitar, le pidió que lo acompañara al set de filmación para ayudarlo a evitar la cocaína.
De extra a estrella
Allí le propusieron a Trejo que fuera un extra y así se encontró con un excompañero de la cárcel, Edward Bunker, que para entonces ya era un guionista respetado, que lo reconoció. "Me ofreció que entrenara al actor Eric Roberts para unas escenas de boxeo, y cuando me dijo que me pagarían 320 dólares diarios yo le pregunté si tenía que pegarle a alguien", recordó.
Lo demás fue conocer a su ahora amigo, el director ruso Andrei Konchalovsky, quien le ofreció un pequeño papel de boxeador. Por eso, parte de su tiempo lo dedica aún a la rehabilitación de drogadictos y alcohólicos, y a dictar conferencias de motivación. "Yo pienso que si dedicas tu vida a servir a los demás, muy pronto comienzas a disfrutarlo realmente", comentó.
El actor considera que "todos los jóvenes están en riesgo, no solo los más pobres, también los de Beverly Hills, y por eso hay que animarnos y enseñarles que todos pueden ponerse sus metas y lograrlas". (EFE)
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