La hija del recordado Charles Chaplin confesó en la capital de la República Checa que ama "a Almodóvar y su obra".
La actriz estadounidense Geraldine Chaplin confesó hoy en Praga su amor por el cineasta español Pedro Almodóvar y su obra, al tiempo que consideró que en el puritanismo de la sociedad de hoy vuelve a chocar la película "Doctor Zhivago".
"Amo a Almodóvar y su obra, soy una incondicional suya", declaró Chaplin, de 68 años, en una rueda de prensa en la que pasó revista a algunas anécdotas sobre su vida en el cine.
Para la actriz, Almodóvar "es uno de los pocos" que conoce que "su cabeza trabaja a mil por hora y su corazón cabalga al mismo tiempo sin dejar ningún detalle, lo que no es típico de los directores".
La hija del mítico actor cómico y cineasta británico Charles Chaplin (1889-1977) clausura hoy el Febiofest, festival internacional de cine, televisión y vídeo de Praga que este año le ha concedido el premio Kristian por su trayectoria cinematográfica.
Al recordar la película que la catapultó a la fama, "Doctor Zhivago", comentó que "estaba enamorada, como todos los demás, de Omar Sharif", el protagonista con el que compartió el reparto del largometraje rodado en 1965 por David Lean.
Un filme que "en la sociedad puritana de hoy sigue siendo muy chocante" porque Zhivago ama a dos mujeres y el espectador lo entiende".
Sobre esa obra, rodada en España en verano, con polvo de mármol imitando la nieve y todos "enfundados en pieles y poniendo cara de frío en medio de un inmenso calor", reconoció que le hubiera gustado "ser más consciente de que estaba trabajando con David Lean".
Antes de reaparecer en la celuloide española con Almodóvar en la década de 1990, Chaplin fue en los sesenta y setenta, una de las artífices del nuevo cine español ("Peppermint frappé", "Elisa, vida mía", "La madriguera", "Cría cuervos"), de la mano del director Carlos Saura.
"No eran películas alegres, pero tenían humor. Y claro que me llevaba a casa el trabajo. Me llevaba al mismo director a casa", bromeó sobre aquellos años en que empezó a compartir techo con Saura.
También recordó al actor Fernando Rey, con quien trabajó en "Elisa, vida mía" y rememoró: "Al mirarle a los ojos, veía que había alguien ahí dentro, que no siempre es el caso".
Geraldine Chaplin dice que "haber tenido una inmensa fortuna" por haber podido trabajar con maestros como Robert Altman, Saura, Lean, Martin Scorsese y otros.
"Nunca me aburrí de trabajar con ninguno. Estaba convencida de que hacía la mejor película del planeta", señaló.
Con sus 68 años no piensa en abandonar su actividad cineasta, pero reconoce que la avanzada edad le ha reducido los roles que puede interpretar y por lo tanto las ofertas.
Para Chaplin, "envejecer no es muy bonito".
"Envejecer es una masacre, pero nunca me hice cirugía estética. Por eso hay muchas abuelas entre mis últimos papeles, porque a uno le dan lo que parece", comentó.
EFE
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