En el Festival de San Sebastián, Johnny Depp presentó el documental "Crock of gold", inspirado en la vida de su amigo Shane MacGowan, alma de la irreverente banda irlandesa The Pogues.
Unidos por el amor a la música y los excesos, Johnny Depp presentó en el Festival de Cine de San Sebastián a su amigo Shane MacGowan, alma de la irreverente banda irlandesa The Pogues y protagonista del documental "Crock of gold", que compite en la sección oficial del certamen.
Simpático y amable pero acumulando horas de retraso en sus comparecencias ante la prensa, Depp llegó a San Sebastián en calidad de productor acompañando a Julien Temple ("The filth and the fury"), director del filme y retratista de la escena punk londinense de los 70 y 80.
"Mucha gente ha intentado retratar a Shane pero se han limitado a contar lo mucho que se colocaba en los conciertos o los dientes que le faltaban, pero no han llegado a su esencia", aseguró el actor.
El intérprete que ha dado vida a Jack Sparrow o a Edward Manostijeras dice sentirse en parte identificado con el músico, "una persona hipersensible que aprendió desde muy joven cómo insensibilizarse", en referencia al alcohol al que empezó a aficionarse a los tiernos seis años de edad.
PELIGROS DE LA FAMA
"Luego te viene la celebridad y la fama y si eres una persona introvertida toda esa atención del exterior hace que te repliegues aun más; él se sentía incómodo con esa atención, como me pasa a mí, es muy confuso cuando eso te empieza a pasar, solo quieres esconderte e insensibilizarte".
"Crock of gold" combina imágenes de archivo, animaciones y testimonios del propio MacGowan y de las personas de su entorno para contar su historia, desde su infancia en una granja irlandesa, entre la naturaleza salvaje y las tabernas, hasta que emigró a Londres y el descubrimiento de los Sex Pistols le cambió la vida.
GRAN AMISTAD
Depp lleva más de 30 años siendo su amigo, aunque para ello ha tenido que "ganarse los galones" según explicó con ejemplos explícitos. El actor que fue ídolo juvenil en los 90 y ahora ofrece un aspecto algo deteriorado, recordó una anécdota, en sus primeros años de amistad.
"Estábamos en un local en Dublín, habíamos bebido algo y en un momento dado Shane extiende su puño y me pide que ponga la mano debajo. Me suelta unas pastillas. Yo las cogí, me las tomé y eché un trago. Lo siguiente que recuerdo es abrir los ojos tres días después en una bañera en el sur de Francia", recordó.
Johnny Depp no para de mencionar a personajes como Hunter S. Thompson, Marlon Brando o Keith Richards. Eso sí, dice que aún no se siente a la altura de sus ídolos: "No me considero un artista (...). Tampoco soy bueno siguiendo fórmulas y estructuras, uno intenta hacer lo que puede, digamos que soy un aspirante a artista, pero no creo que el cine me vaya a conducir al arte". (EFE)
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