La actriz Lori Loughlin, recordada por la serie "Full House", se declaró "no culpable" de lavado de dinero. Por este cargo y el de fraude bancario podría tener una pena de hasta 40 años de cárcel.
La actriz Lori Loughlin y su esposo, acusados de pagar US$ 500.000 para que sus hijas entraran en una prestigiosa universidad de California, se declararon "no culpables" de lavado de dinero.
La pareja renunció a su derecho de aparecer ante un juez para ser formalmente acusados y consignaron su declaración por escrito ante el tribunal de Boston que sigue su causa.
Lori Loughlin (recordada por su participación en la serie "Full House"), su esposo Mossimo Giannulli y otra treintena de padres, entre los que está la protagonista de "Desperate Housewives" Felicity Huffman, están involucrados en una gigantesca trama de pago de coimas para que sus hijos entraran a la universidad.
Huffman se declaró culpable de pagar US$ 15.000 para conseguir que su hija mayor obtuviera mejores notas en el examen de admisión.
A Lori Loughlin, famosa en el rol de Becky en la serie "Full House" (Tres por tres), se le acusa de haber pagado con su esposo US$ 500.000 para que sus dos hijas fueras aceptadas en la Universidad del Sur de California (USC) como integrantes del equipo de remo.
Ambos fueron imputados por lavado y fraude bancario, lo que conlleva una pena de hasta 40 años de cárcel.
¿CÓMO FUNCIONABA EL CASO DE SOBORNOS?
El esquema para garantizar el ingreso de jóvenes a la universidad a cambio del pago de sobornos fue diseñado por William Singer, a través de una empresa especializada en la preparación de estudiantes para el examen de admisión.
Las trampas iban desde el pago de sobornos a determinadas personas para que mejorasen los resultados de los exámenes, a que otra persona se hiciese pasar por el estudiante para pasar el examen, o el pago a entrenadores deportivos universitarios y administradores para que aceptasen a estudiantes en sus equipos, aunque éstos no fueran atletas y no tuvieran los méritos necesarios.
La empresa de Singer, que se declaró culpable y colabora con la justicia, recibió unos US$ 25 millones de padres de elevados recursos, deseosos de que sus hijos fueran admitidos en universidades prestigiosas como Yale, Georgetown, Stanford o UCLA, según la fiscalía de Massachusetts. (AFP)
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