Cientos de personas, algunas de ellas con guantes blancos y chaquetas rojas, pasaron por el teatro para dejar un mensaje de condolencia
Los neoyorquinos lloraban hoy la muerte de Michael Jackson a las puertas del Apollo Theater del barrio de Harlem, escenario que, a finales de los años sesenta, convirtió en estrella a un pequeño de once años, tras una histórica actuación como la voz líder de los Jackson Five.
"La música ha perdido al más grande. Su música cambió mi vida y siento que con Jackson se va también una parte de mí", se lamentaba hoy en declaraciones a Efe T.J., un afroamericano de 32 años que decidió pasar por el Apollo para rendir homenaje al artista, fallecido el jueves en Los Ángeles, a los 50 años.
Guantes blancos y chaquetas rojas componían hoy el atuendo de algunos de los seguidores más devotos del intérprete de "Thriller" y "Billie Jean", que recorrían las inmediaciones de la mítica sala de conciertos del corazón negro de
Des
"Gracias por todos estos años de música. Descansa en paz", decidió escribir Jason, un hombre de 28 años que, como tantos otros jóvenes de su edad, creció con la música del "rey del pop".
Junto a Jason también se congregaron allí admiradores del músico que durante horas no han dejado de bailar y cantar emocionados las melodías que popularizó el pequeño de los Jackson durante sus cuatro décadas de carrera.
"Lo que Michael consiguió no lo ha hecho nadie. No solo será siempre "el rey del pop", sino también una leyenda que no morirá", dijo a Efe Tamra, de 21 años.
En ese mismo lugar, le costaba encontrar consuelo a Dennis, otro neoyorquino que esperaba disfrutar de la música de su ídolo gracias a los conciertos que Jackson iba a ofrecer en Londres y para los que había conseguido entradas.
La relación del artista con Nueva York no fue muy prolija, pero fue esta ciudad la que le puso nombre en 1969, después de que los Jackson Five brillaron en el Apollo con un niño de once años que, con su voz, impresionó al auditorio.
Aquel pequeño prodigio regresó otras veces a Nueva York, donde, en 1984 agotó las entradas para dos conciertos en el Madison Square Garden y consiguió que, por primera vez en su historia, el Departamento de Policía destinara a más de 2.000 oficiales para mantener la seguridad en un concierto.
Este viernes, en el metro de Nueva York, los artistas callejeros que suelen amenizar la espera y los trayectos con sus bailes, hoy lo hacían al ritmo de las canciones de Jackson, al igual que muchos viajeros, que no dejaban de tararear letras tan conocidas como "I want you back" o "Don"t Stop "Til You Get Enough".
También eran muchos los seguidores de Michael Jackson que seguían todo lo que acontecía en Los Ángeles a través de las pantallas gigantes de la céntrica Times Square y que se acercaban al museo de cera de la ciudad para ver la estatua de su ídolo, expuesta en el escaparate de la entrada.
EFE
Comparte esta noticia