Ubicado en la capital francesa, es local legendario de la noche parisina, por el que han pasado desde Audrey Hepburn hasta Marlène Dietrich y Maria Callas.
El diseñador francés Pierre Cardin anunció hoy su decisión de poner en venta el restaurante Maxim"s, lugar legendario de la noche parisina, por el que han pasado desde Audrey Hepburn hasta Marlène Dietrich y Maria Callas.
En una entrevista concedida en exclusiva al diario "Le Parisien", el patriarca fundador del grupo Cardin, que también está en venta, indicó que aunque ha decidido ceder esa sala y los cuarenta productos asociados a ella, no le faltan proyectos de futuro.
"Soy académico, costurero, hombre de teatro, de la restauración... He pasado mi vida trabajando. Y lo seguiré haciendo hasta la muerte", indica a poco menos de un mes de cumplir 89 años, el mismo día en que cumple tres décadas al frente de esa sala parisina.
Cardin asegura que Maxim"s se ha convertido en una "marca francesa", un negocio valorado por él en cerca de 1.000 millones de euros, la misma cantidad por la que está dispuesto a deshacerse de su firma de moda.
"Maxim"s ha sido durante mucho tiempo el lugar de referencia de las grandes veladas parisinas. Es una marca que vale mucho dinero (...). Un lugar centenario que ha mantenido una decoración única. Calculo que vale cerca de 1.000 millones", asegura desde su despacho situado frente al Elíseo, sede de la presidencia gala.
Cardin deja claro no obstante que quien tome las riendas del negocio debe mantener el alma del lugar: "En mi testamento he precisado que Maxim"s debe mantenerse como tal. Maxim"s todavía estará cuando yo me haya ido".
El creador reconoce que se decidió cerrar ese lugar hace un año por la dificultad de sacar adelante un restaurante de lujo con una semana laboral de 35 horas y nóminas de 200.000 euros mensuales, pero afirma que el negocio se mantiene vivo.
A cargo todavía de 800 productos con su nombre y centenares de licencias, según el periódico, Cardin adelanta su última idea: la construcción de un palacio de la luz en Venecia, una torre de 240 metros de alto, cuya primera piedra se pondrá el próximo octubre.
EFE
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