El heredero del trono de Inglaterra estuvo en un operativo de rescate al norte de Gales y la bella prometida pasó la Nochebueba con sus padres.
El príncipe William y Kate Middleton viven el año más emocionante de sus vidas pero tuvieron que pasar la Navidad separados.
Los tórtolos, ambos de 28 años, estaban a 270 kilómetros de distancia el día de Navidad ya que William se había ofrecido para trabajar un turno en un equipo de rescate de helicópteros en el norte de Gales, mientras que Kate pasó el día con sus padres en Berkshire, Inglaterra.
Pero no estuvieron separados por mucho tiempo: ambos esperan recibir el Año Nuevo juntos.
William está de licencia hasta después de las celebraciones del Año Nuevo y se dirige a Sandringham, el retiro de la familia real en Norfolk, al este de Inglaterra. No se sabe si Kate se reunirá inmediatamente con él, pero si lo hace, sería la primera vez que se quede allí mientras la reina y la familia están en la residencia.
Ha sido un trascendental período de vacaciones de Navidad para la pareja.
Kate se unió a William en uno de sus deberes reales oficiales apenas unos días después de haber estado en la lista de invitados a un almuerzo privado organizado por la reina Isabel.
En otra parte, la reina -con su distintivo sombrero de piel- llevó a los miembros de su familia a la iglesia la mañana de Navidad, recibiendo un ramo de flores de un joven admirador.
No hubo mención sobre la próxima boda de su nieto en su discurso anual televisado y tampoco nada acerca del compromiso de su otra nieta, Zara Phillips.
Mientras tanto, el hombre que oficiará la boda de la pareja el 29 de abril, el arzobispo de Canterbury, ha dicho que había "motivo de celebración" en cualquier pareja que quiere "embarcarse en la aventura del matrimonio cristiano".
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