La estrella británica, famosa por su papel de Rey en la saga de ciencia ficción, decidió acudir a un médico debido a persistentes episodios de sofocos y fatiga.
Daisy Ridley, conocida por su papel de Rey en la trilogía secuela de Star Wars, reveló en una entrevista que padece la enfermedad de Graves. Según dijo, este diagnóstico se suma a su historial médico que incluye endometriosis y ovarios poliquísticos, condiciones que le descubrieron a los 20 años.
La actriz británica comenzó a sentirse mal el año pasado, luego de la filmación de Magpie, un thriller psicológico en el que interpreta a Anette, una esposa y madre lidiando con una relación conflictiva. "Pensé: bueno, acabo de interpretar un papel realmente estresante; supongo que por eso me siento mal", comentó.
Sin embargo, preocupada por los persistentes episodios de sofocos y fatiga, Ridley decidió acudir a un endocrinólogo. Durante la consulta, también reportó síntomas adicionales como ritmo cardíaco acelerado, pérdida de peso, temblores en las manos e irritabilidad.
Es la primera vez que habla de su condición públicamente.
"Fue curioso, estaba como, 'Oh, solo pensé que estaba molesta con el mundo', pero resulta que todo está funcionando tan rápido que no puedes relajarte", dijo a Women's Health. "No me di cuenta de lo mal que me sentía", agregó.
Para controlar su condición, Daisy Ridley inició un régimen de medicación diaria y dieta rigurosa. A pesar de haber sido vegana durante años, la actriz optó por eliminar el gluten de su alimentación. "No soy súper estricta con ello, pero generalmente reducir el gluten me hace sentir mejor," declaró.
También está llevando crioterapia, masajes, acupuntura, entre otras terapias holísticas.
¿Qué es la enfermedad de Graves?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes, Enfermedades Digestivas y del Riñón de los Estados Unidos, la enfermedad de Graves es un trastorno autoinmune que puede causar hipertiroidismo, o tiroides hiperactiva.
"Con la enfermedad de Graves, el sistema inmunitario ataca la glándula tiroidea, lo que hace que produzca más hormonas tiroideas de las que el cuerpo necesita. Como resultado, se aceleran muchas de las funciones del organismo", indica un artículo de la institución médica.
Según la evidencia científica, la enfermedad es más común en mujeres y personas mayores de 30 años. Si se deja sin tratar, puede causar problemas de salud graves, incluyendo latidos irregulares del corazón que puede causar coágulos de sangre, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca, debilitamiento de los huesos, problemas musculares, problemas con el ciclo menstrual, la fertilidad y el embarazo; además de cambios en la visión.
Te recomendamos
Comparte esta noticia