También critica al primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi y al ministro francés, Frédéric Mitterrand, por conductas sexuales.
El reconocido escritor Mario Vargas Llosa escribió un artículo en el cual cuestiona al cineasta polaco-francés, Roman Polanski, al primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi y al ministro de Cultura de Francia, Frédéric Mitterrand, por estar involucrados en actos que atentan contra la libertad sexual.
Bajo el título "Desafueros de la libido", Vargas Llosa recuerda que Polanski fue detenido en Suiza, a pedido de la justicia de Estados Unidos, debido a una violación cometida en 1977 en Hollywood.
Polanski reconoció este delito antes de fugarse de California en pleno proceso cuando el tribunal que lo juzgaba aún no había pronunciado sentencia, agrega.
"La moral de la historia es clara: emboscar, emborrachar, drogar y violar a una niña de 13 años, que es lo que hizo Polanski con su víctima, Samantha Geimer, a la que atrajo a la casa deshabitada de Jack Nicholson con el pretexto de fotografiarla, es tolerable si quien comete el desafuero no es un hombrecillo del montón sino un creador de probado talento", refirió.
Uno de los defensores del cineasta es el ministro de Cultura de Francia, Frédéric Mitterrand, quien ahora es cuestionado por haber escrito libro autobiográfico en el que confesaba haber viajado a Tailandia en busca de los chicos jóvenes de los prostíbulos de Patpong, en Bangkok, señala Vargas LLosa.
El ministro Mitterrand aseguró que no practica la pedofilia y que los chicos tailandeses de cuyos servicios sexuales disfrutó ya no eran niños, agrega el laureado escritor en un artículo publicado en el diario El País.
El escritor peruano señala que comparado con el cineasta Polanski y el ministro Mitterrand, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, "es, en materia sexual, un ortodoxo y un patriota".
"Él ha hecho algo que de alguna manera lo emparienta con los 12 Césares de la decadencia y sus extravagancias descritas por Suetonio: llenar de profesionales del sexo no sólo su suntuosa residencia de Cerdeña llamada Villa Certosa sino, también, el Palacio que es la residencia oficial de la jefatura de Gobierno, en Roma", manifestó.
Vargas Llosa reprueba estos actos por atentar contra la libertad sexual que clama porque desaparezca la relación de "amo y esclavo, que, en esos tres casos, se manifiesta de manera flagrante".
"¿Qué clase de libertad sexual hay detrás de las villanías de este trío? Abusar de una niña de 13 años, gozar con adolescentes que son esclavos sexuales por culpa del hambre y la violencia y convertir en un burdel el poder al que se ha llegado mediante el voto de millones de ingenuos, son acciones que hacen escarnio de la libertad", reclama.
Bajo el título "Desafueros de la libido", Vargas Llosa recuerda que Polanski fue detenido en Suiza, a pedido de la justicia de Estados Unidos, debido a una violación cometida en 1977 en Hollywood.
Polanski reconoció este delito antes de fugarse de California en pleno proceso cuando el tribunal que lo juzgaba aún no había pronunciado sentencia, agrega.
"La moral de la historia es clara: emboscar, emborrachar, drogar y violar a una niña de 13 años, que es lo que hizo Polanski con su víctima, Samantha Geimer, a la que atrajo a la casa deshabitada de Jack Nicholson con el pretexto de fotografiarla, es tolerable si quien comete el desafuero no es un hombrecillo del montón sino un creador de probado talento", refirió.
Uno de los defensores del cineasta es el ministro de Cultura de Francia, Frédéric Mitterrand, quien ahora es cuestionado por haber escrito libro autobiográfico en el que confesaba haber viajado a Tailandia en busca de los chicos jóvenes de los prostíbulos de Patpong, en Bangkok, señala Vargas LLosa.
El ministro Mitterrand aseguró que no practica la pedofilia y que los chicos tailandeses de cuyos servicios sexuales disfrutó ya no eran niños, agrega el laureado escritor en un artículo publicado en el diario El País.
El escritor peruano señala que comparado con el cineasta Polanski y el ministro Mitterrand, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, "es, en materia sexual, un ortodoxo y un patriota".
"Él ha hecho algo que de alguna manera lo emparienta con los 12 Césares de la decadencia y sus extravagancias descritas por Suetonio: llenar de profesionales del sexo no sólo su suntuosa residencia de Cerdeña llamada Villa Certosa sino, también, el Palacio que es la residencia oficial de la jefatura de Gobierno, en Roma", manifestó.
Vargas Llosa reprueba estos actos por atentar contra la libertad sexual que clama porque desaparezca la relación de "amo y esclavo, que, en esos tres casos, se manifiesta de manera flagrante".
"¿Qué clase de libertad sexual hay detrás de las villanías de este trío? Abusar de una niña de 13 años, gozar con adolescentes que son esclavos sexuales por culpa del hambre y la violencia y convertir en un burdel el poder al que se ha llegado mediante el voto de millones de ingenuos, son acciones que hacen escarnio de la libertad", reclama.