El "10" ghanés del AC Milan sigue en campaña para erradicar el racismo del mundo del deporte. Sus discursos han llegado hasta la ONU.
Kevin-Prince Boateng, jugador ghanés del Milán, que abandonó el campo durante un amistoso ante el Pro Patria disputado el pasado 3 de enero tras escuchar cánticos racistas, aseguró en una entrevista con la FIFA que desea que su hijo crezca sin tener que "oír" la palabra "racismo".
Aquel día, Boateng reaccionó enviando un balón a las gradas y saliendo del terreno de juego seguido de todos sus compañeros y del cuerpo técnico de su equipo. La acción llamó la atención del mundo del fútbol y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Boateng participó en el Día Internacional de esa organización por la Erradicación de la Discriminación Racial, y calificó al racismo como "una de las enfermedades más peligrosas de todos los tiempos".
Un día después, habló sobre sus encontronazos con el racismo desde que era joven y vivía en Berlín hasta sus actuales sensaciones al respecto:
"Sufrí discriminación, aunque la ciudad (Berlín) abarque e integre tantas culturas y nacionalidades diferentes. Cuando era joven trataba de ignorarlo porque no quería afrontarlo con todas sus consecuencias. Ahora que soy mayor y padre, quiero hacer todo lo que pueda para que mi hijo crezca sin oír la palabra racismo. Ese sería el mundo perfecto", indicó.
También dio algunos consejos para que la "comunidad futbolística" contribuya a erradicar el racismo. El primero, afirmó, "reconocer que es un asunto extremadamente complejo", y, después, aunque no sea "fácil castigar a alguien", encontrar, "con la gente inteligente", la forma de "lograrlo".
Asimismo, reconoció querer ser "un ejemplo" para los jóvenes y explicó cómo fue y que sintió cuando abandonó el terreno de juego tras escuchar hace dos meses cánticos racistas: " No pensé que se interpretaría como una proclama. Pero me alegro mucho de que la gente lo viera. A partir de ahí, sólo podemos avanzar hasta ganar esta batalla", dijo.
EFE
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