Perdió la Liga, se quedó en la orilla del éxito en Europa y mostró un evidente divorcio entre el entrenador portugués y una parte del vestuario.
El más que aparente final de ciclo de José  Mourinho en el banquillo del Real Madrid culminó con una derrota en la  final de la Copa del Rey que cerró un curso errático en el que el  conjunto blanco perdió la Liga, se quedó en la orilla del éxito en  Europa y mostró un evidente divorcio entre el entrenador portugués y una  parte del vestuario.
 Una Supercopa a lo largo de un curso no  parece suficiente para un equipo que sueña desde hace más de un decenio  con levantar su décima Copa de Europa. Prácticamente, para eso fichó  Mourinho por el Real Madrid. Y, si se materializa el camino que parece  llevar el portugués, el de salir del club al finalizar el curso, su paso  por la entidad blanca estará más cargada de polémicas que de títulos.
 Dejará en las vitrinas una Copa del Rey, una Supercopa y una Liga, su  trofeo más valioso porque se lo arrebató al mejor Barcelona de todos  los tiempos. Y en tres ocasiones, condujo al Real Madrid hasta las  semifinales de la Liga de Campeones, un hecho inédito para el cuadro  blanco en casi toda la primera década del siglo veintiuno.
ENEMIGO DE MUCHOS
 Todo eso no puede disfrazar todos los problemas que dejará atrás. Muchos  son los encontronazos que ha tenido a lo largo de su historia  madridista. Siempre pudo controlarlos a su manera, pero Mourinho parece  cansado de tanta lucha sin demasiados resultados.
 En todo este  tiempo chocó con entrenadores, árbitros, jugadores propios y ajenos,  instituciones, periodistas e incluso miembros del club como Jorge  Valdano. Sus últimas confrontaciones las ha tenido con el capitán Iker  Casillas y hasta con uno de sus fieles, el portugués Pepe.
 El  primero ahora vive en el banquillo. La llegada de Diego López cuando  estaba lesionado y sus enormes actuaciones, dieron sentido al técnico  luso para hacer algo que antes sonaba mal. Cuando no estaba el ex  portero del Villarreal, Antonio Adán llegó a sentar a Casillas porque  estaba en mejor forma. Después, Adán, en ocasiones ni ha llegado a ser  el tercer guardameta.
 Pepe salió en defensa de Casillas y lo  ha pagado con la grada. Sin estar en forma, y Mourinho siempre dice  poner a los que están en mejor estado, jugó en Dortmund en el once  titular y Robert Lewandowski hizo estragos en la portería del Real  Madrid. En la única final que han jugado los blancos este año, prefirió  tener en el banquillo a Ricardo Carvalho. Pepe estuvo en la grada.
EFE
 
       
                              
                              
                              
                              
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