El jugador se retiró en 2011 luego de afrontar varias lesiones. Hoy en día es protagonista de películas para adultos homosexuales.
Tras aceptar que su futuro en el fútbol estaba lejos de los grandes clubes de Europa y apaleado por algunas lesiones, el jugador belga Jonathan De Falco decidió dejar el club en el que militaba, el Racing de Malinas de su país, y a los 26 años incursionar en otros rubros.
Empezó poniendo un salón de masajes y luego pasó a bailar en las pistas nocturnas de Bruselas. Allí fue donde un productor de la industria XXX lo convenció para participar en algunas de sus películas.
Para eso, el belga comenzó a utilizar un nombre artístico ("Stany Falcone") que lo oculte de sus excompañeros, quienes nunca imaginaron que Jonathan acabaría en este negocio. Su primero papel tuvo mucho éxito y le valió ganar el premio al "mejor intérprete novato del año".
Con la autoestima alta decidió confesar su homosexualidad al mundo: "Nadie notaba nada. Si hubieran conocido mi orientación, hubiera tenido problemas. El mundo del fútbol no está dispuesto a aceptar jugadores abiertamente gay, todavía hay demasiados prejuicios y demasiada poca tolerancia", indicó.
El ex lateral derecho ahora forma parte de grandes producciones francesas, británicas y americanas y contó que es feliz en su nueva vida.
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