La Selección Peruana inicia un nuevo camino rumbo a Qatar 2022. El equipo de todos aprendió a competir, ahora Ricardo Gareca busca dar el siguiente paso: ratificar el crecimiento y llevarlo al resultado.
Las dos Copas Américas (Chile 2015 y Centenario 2016), así como las Eliminatorias y el Mundial han formado parte de los tres primeros ‘sacramentos’ que ha recibido Ricardo Gareca al mando de la Selección Peruana. Sin embargo, la presencia en Rusia 2018, supone perseguir objetivos más ambiciosos para la Bicolor, es por ello, que durante lo que resta del año, y más con dos potencias como Holanda y Alemania, es momento de la confirmación.
La Selección Peruana ha demostrado que hoy en día juega de igual a igual a cuanto rival se le cruce en el camino. Algunas veces, como en Quito y Asunción, alcanza para reflejar la superioridad del juego en el marcador, otra vez como en Saransk (ante Dinamarca), no tanto.
A pesar de ser un buen momento para experimentar, Ricardo Gareca apela a la memoria colectiva y así reduce las opciones de exponer el prestigio ya ganado. Sin embargo, en sus declaraciones parece esconder un deseo de querer hacer cambios, más ahora que se sabe que no tendrá a Paolo Guerrero por más de siete meses. El 4-2-3-1 es un punto de partida, pero el seleccionador entiende que no es religión.
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