La Selección Peruana evidenció un crecimiento para hacerle frente a Brasil, pero no pudo cambiar la carencia de generación ofensiva y padeció un cúmulo de desaciertos en el balón detenido.
Manos vacías jugando de local. Derrota en el cierre del partido. Ederson sin necesidad de intervenir con atajadas. La descripción del Perú vs. Brasil es eso, pero también que se mostró otro carácter sobre el campo, que se incomodó al elenco que llegaba a Lima tras propinar una goleada en el arranque de las Eliminatorias. Si ante Paraguay se destacó el resultado por sobre el rendimiento, contra la ‘verdeamarela’ tuvimos un nivel distinto de la ‘bicolor’, aunque con el marcador siendo adverso.
La Selección Peruana perdió 0-1 el martes por la noche en el Nacional ante un Brasil lejano al ritmo arrollador de unos días atrás con Bolivia. ¿Bajó su intensidad o qué provocó ello? En concreto, la insistencia por la búsqueda del gol fue el gran diferencial para seguir a pleno en la competición.
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Cambio de rostro
Tres modificaciones por nómina y dos en cuanto a funciones. Aldo Corzo por el suspendido Advíncula; Wilder Cartagena y Marcos López titulares. Renato Tapia ejerciendo como zaguero junto a Luis Abram y André Carrillo saliendo de la banda para acompañar a Paolo Guerrero en ataque. 1-4-4-2.
Perú asumió el partido acaso de una forma distinta a lo esperado. No se refugió cerca a Gallese ni dispuso a su conjunto detrás del balón invitando a un control cómodo del rival. El primer tiempo con referencia al de Ciudad del Este mostró mejoras en la actitud individual y colectiva.
Imposición física desde el primer minuto para combatir en los duelos, lo que llevó a tener mayores certezas a nivel defensivo cuando se tuvo que cortar y más cercanos al movimiento del balón para la anticipación. Se cometieron 20 faltas, índice alto de disgusto para los pentacampeones. Juan Reynoso decidió complicar a los de Fernando Diniz desde la salida en su campo con Guerrero y Carrillo, pero lejos de ejercer una presión alta. Ambos hacían referencias a los zagueros y era Casemiro el que intencionalmente se convertía en el hombre libre, pues Yotún tenía la misión de saltar sobre Bruno Guimaraes cuando el del Newcastle buscaba ser el elemento de conexión.
El libreto se sostuvo, llevando a Brasil a mostrarse apresurado al momento de verticalizar. 87% de efectividad de servicios de la ‘canarinha’, aunque representando un total de 74 pases errados. Una cifra enorme para un cuadro que entiende su fútbol entorno a distribuir bien el balón y que en un tramo grande del cotejo no consiguió plasmar el juego de aproximación de Diniz. Antes que un déficit del visitante, va en relación a la intención de Perú, con la lectura de evitar las progresiones en el sector central y empujando a que esos avances sean por los costados, donde se contaban con más elementos para no verse en inferioridad.
Jugar en función al contrario y sin vigilancias individuales. Pero la labor de defenderse y procurar no ser arrollados -como ocurrió en Paraguay- se vio reducida también por una mejor distribución de balón. Más precisos en los momentos de posesión, representando esa faceta Yoshimar Yotún.
Deuda ofensiva
La Selección Peruana redujo las intenciones de Brasil en comparación a lo que exhibió con Bolivia, pero no encontró el camino para generar alguna dificultad en el arco de Ederson.
Sin remates al arco. La dupla Guerrero – Carrillo, esta vez más próximos entre ellos, no lograron afirmarse con el arco frente a sí. Paolo se involucró en los duelos con Marquinhos y Gabriel, mientras que André se recogía más para colaborar en la recuperación, buscar espacios en las bandas y recibir parte importante de las infracciones cometidas por el ‘Scratch’.
Cuando se apostó por los balones largos para la descarga de Paolo Guerrero, no se evidenció esa sincronización con André Carrillo para que sea él quien gane los segundos balones.
El equipo intentó pisar el campo rival y a pesar de ser Brasil un elenco permisivo dejando jugar, no pudo ejecutar acciones concretas de ataque. Más oportunos López y Polo en los recorridos, pero la carencia ofensiva fue general.
Con ese contexto, Joao Grimaldo pudo ser el revulsivo de la apuesta peruana. Fijado en la derecha, como en Sporting Cristal, optó por ser vertical con velocidad, encarar y asociarse en corto. Con el segundo tiempo que tuvo de acción fue el que intentó más jugadas 1 vs 1 de la ‘bicolor’ (6) y salió victorioso en 4 duelos ofensivos.
Joao Grimaldo debutó con la Selección Peruana siendo el que más pretendió frente a Brasil. No se trasladó esto de forma directa a las ocasiones, lo que lleva a observar un vacío gran del combinado de forma general, un hoyo aún más grande considerando la producción en el cotejo previo con la ‘albirroja’.
Sin preocupaciones atrás y urgido por encontrar los caminos adelante, Fernando Diniz dio en la tecla al enviar al campo a Gabriel Martinelli, quien le brindó profundidad a Brasil por dentro. Esto le permitió retener al mediocampo en ese sector y al mismo tiempo invitarlo a salir hacia un costado cuando Neymar se dispuso a jugar en la izquierda. Abrir a Perú, dar con líneas de pase y progresar tocando en corto.
Brasil es sinónimo de abundancia en variantes, por nombres y formas de atacar. Habiendo tenido dificultades para ingresar por bajo, la respuesta estuvo en ser incisivos con centros diagonales tras mover el balón de un lado a otro. El gol anulado a Richarlison es el mejor reflejo en una jugada que pudo hacerse constante y que complicó a Abram y Tapia, a pesar de haber sido el más resaltante de la línea defensiva.
El gol, sobre la hora, no es un simple detalle. Independientemente a definir el resultado, Brasil ejecutó con efectividad el balón detenido respecto a Perú. Los cobros nunca llegaron a un destinatario. Servicios cortos y lejos de contar con una estrategia para sorprender más que el solo enviar centros al área, todos ganados por el ‘Scratch’.
Creciendo en los últimos instantes en el juego aéreo, Juan Reynoso no apostó por reforzarse en ese sentido. Raúl Ruidíaz entró por Carrillo, jugador con mejor estatura para atacar o defender por alto. A diferencia de Ciudad del Este, no recurrió a una alternativa como Carlos Ascues.
Marquinhos convirtió el gol que tiene su sello tanto en Brasil como el PSG, una jugada en la que se acumularon la pérdida de Abram a la marca del zaguero, el tropiezo de López que no pudo ser un obstáculo para su recorrido y la decisión de contar con Ruidíaz para despejar en el primer palo, cuando antes de su ingreso el responsable era Guerrero. Reynoso admitió ser él quien pidió cambiar el orden de los delanteros.
Marquinhos anticipó a todos y resolvió un partido que, por la muestra de carácter, llevaba a considerar que el punto correspondía más a lo que se llegó a conseguir en la primera jornada.
Mejorías, pero sin aproximarse a cortar con la deuda de ataque, una que se arrastra desde los amistosos y que será urgente dar con un equilibrio para sostenerse con firmeza en el largo camino de las Eliminatorias.
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