El intenso vínculo con su familia precipitó su caída. Decidió enviarlos al exterior, pero mantenía contacto con ellos desde Alemania. Esas llamadas posibilitaron su rastreo y su muerte posterior.
Ocurrió el 2 de diciembre de 1993. Los integrantes del cuerpo especial sabían que la familia de Escobar era su propio talón de Aquiles , y solo esperaban que se comunicara con ellos, algo que Pablo Escobar no iba a renunciar a pesar que la justicia le rastreara sus pasos y comunicaciones.
Una de las claves del comienzo del fin fue una campaña del gobierno para habilitar la extradición de los criminales para su juzgamiento en los Estados Unidos.
La extradición ya había sido aprobada por un acuerdo bilateral entre Colombia y los Estados Unidos en 1979, pero una demanda judicial para declararlo inconstitucional recayó en la Corte Suprema de Justicia.
Escobar contrató a un comando de la guerrilla M-19 en 1985 que luego tomó el Palacio de Justicia de Bogotá, destruyó los archivos del narcotráfico y asesinó a 11 de los 24 jueces supremos. Ese hecho determinó que en junio de 1987 la Corte declare inconstitucional la extradición.
Pero cuatro años después, las presiones internacionales llevaron a que se discutiera una reforma constitucional que pudiera incluir el acuerdo bilateral.
Por eso, tras poner en funcionamiento toda su maquinaria del terror a fin de persuadir a las autoridades de no habilitar la extradición, Escobar obtuvo un triunfo pequeño: debía entregarse e ir a prisión en suelo colombiano.
El criminólogo Germán Antía Montoya y estudioso de la vida de Pablo Escobar explicó que el narcotraficante tenía mucho temor de ir a una prisión en los Estados Unidos.
Finalmente, se entregó a las autoridades y fue a la Cárcel de la Catedral por intermedio de un clérigo católico, con la condición de que seguiría manejando las rutas del narcotráfico.
La Cárcel de la Catedral tenía poco de prisión, fue construida sobre un predio de su propiedad. Exigió que estuviera repleta de lujos.
Al enterarse que el presidente César Gaviria había tomado la decisión de trasladarlo a una cárcel verdadera decidió fugarse en julio de 1992.
El intenso vínculo que tenía con su familia fue uno de los factores que precipitaron su caída. Decidió enviar al exterior a su esposa y a sus dos hijos, pero mantenía contacto con ellos en Alemania. Esas llamadas posibilitaron que el grupo especial que lo estaba siguiendo lo rastreara y logró localizarlo.
Escobar intentó escaparse por el techo junto a su guardaespaldas, Álvaro de Jesús Agudelo, alias "Limón" pero fue abatido.
Muchos lloraron su muerte en los barrios marginales de Medellín donde había ayudado a muchas familias y donde había reclutado como sicarios a cientos de jóvenes.
Comparte esta noticia