La investigación forma parte del caso de pinchazos telefónicos por parte de periodistas del diario ´News of the World´.
El médico Hasnat Khan, conocido por su relación sentimental con la fallecida princesa Diana de Gales, cree que fue víctima de pinchazos telefónicos por parte de periodistas, según reveló hoy al diario "Sunday Mail".
El cardiólogo, de 53 años, fue contactado por la policía después de que su nombre y teléfono móvil fuera encontrados durante la investigación sobre las escuchas en unos documentos pertenecientes a a algunos de los sospechosos.
En una entrevista, Khan dijo sentirse "violado" al descubrir que su buzón de voz podía haber sido interceptado coincidiendo con la investigación pública que se llevó a cabo en 2008 en relación a la muerte de la princesa Diana.
La policía, que investiga los pinchazos telefónicos por parte de periodistas del clausurado "News of the World", cifra en centenares las víctimas que en algunos casos han recibido sustanciosas indemnizaciones por parte de los propietarios del periódico.
"Es absolutamente terrible. Te sientes como si te hubieran robado. Vivimos en el Reino Unido y se supone que tenemos derechos civiles. Me siento realmente violado y muy enfadado", explicó.
El examante de Lady Di además comentó que si recibe una compensación por estas escuchas la donará al hospital para niños que planea abrir en Pakistán, un proyecto con lo que, según reveló, él y la princesa "habían soñado".
"Creo que si ella estuviera viva este hospital se hubiera construido hace diez años. Ella hacía cosas buenas porque era algo que quería, no por sus estatus. Era algo que ella sentía desde muy dentro", comentó durante la entrevista.
La princesa y Khan mantuvieron una relación de dos años y según amigos de la pareja, el médico de origen paquistaní llegó a conocer a los hijos de Diana, los príncipes Guillermo y Enrique.
La relación se rompió en julio de 1997 después de que Diana de Gales conociera a Dodi Al Fayed, junto al que falleció el 31 de agosto de ese año en un accidente de tráfico en París.
EFE
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