Los manifestantes se han vuelto a agrupar en los alrededores y han empezado a gritar consignas contra la policía, que ha respondido con nuevas descargas de gas tóxico.
La Policía turca ha dispersado con gases lacrimógenos una marcha fúnebre por la muerte de un manifestante en Ankara y ha acordonado el centro de la capital para evitar concentraciones de protesta.
Miles de personas que se agolpaban en los alrededores de la plaza Kizilay de Ankara han huido tras varias salvas de gases lacrimógenos de los antidisturbios, que han acordonado las calles aledañas, según informan los medios turcos.
Numerosos participantes en la marcha se han vuelto a agrupar en los alrededores y han empezado a gritar consignas contra la policía, que ha respondido con nuevas descargas de gas tóxico.
La multitud pretendía rendir homenaje a un manifestante de 27 años que recibió en esa plaza un disparo en la cabeza al principio de las protestas que lo dejó en estado de muerte cerebral, hasta que los médicos certificaron su defunción recientemente.
La intención de la marcha en la que participaba la familia del fallecido era dejar una ofrenda floral en Kizilay, donde un desconocido le disparó.
La Oficina del Gobernador de Ankara recordó hoy en un comunicado que cualquier manifestación que no haya recibido los correspondientes permisos es ilegal y será disuelta sin contemplaciones.
Decenas de miles de personas salieron esta madrugada a las calles de la capital turca para protestar contra el desalojo del parque Gezi de Estambul, símbolo de la revuelta antigubernamental.
Los casi veinte días de protestas en Turquía se han saldado con cuatro muertos, uno de ellos un policía, y más de 5.000 heridos, según fuentes médicas.
EFE
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