Una marea sin precedentes y un espejismo que ocultó el témpano de hielo gigante son las nuevas teorías planteadas para explicar el naufragio del Titanic.
A los centenares de libros, estudios e investigaciones sobre el hundimiento del Titanic, se suman dos nuevas tesis que exculparían de responsabilidad a quienes iban a bordo del trasatlántico.
Al cumplirse un siglo de la catástrofe, dos nuevos estudios sostienen que extrañas condiciones de la naturaleza desempeñaron un papel importante en la tragedia, ocurrida un 15 de abril de 1912 y que cobró la vida de 1.500 personas.
Un primer argumento refiere que la cercanía de la Tierra a la Luna y el Sol -una proximidad no igualada en más de 1.000 años- derivó en mareas sin precedentes que ayudan a explicar por qué el Titanic encontró tanto hielo, incluido el iceberg contra el que impactó.
Un segundo estudio, realizado por el historiador británico Tim Maltin, afirma que las aguas heladas generaron las condiciones ideales para un tipo excepcional de espejismo que ocultó el témpano de hielo gigante a los guardias de la potentosa nave e influyó en el retraso de las operaciones de rescate.
“No hay héroes, no hay villanos”, dijo Maltin en una entrevista según recoge Clarin.com.
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