Belfast, la capital de Irlanda del Norte, se reinventa como atracción turística con una variada oferta que incluye el nuevo museo dedicado al Titanic como principal atracción.
Después de tres décadas de terrorismo, Belfast, la capital de Irlanda del Norte, se reinventa como atracción turística con una variada oferta que incluye desde un nuevo museo dedicado al Titanic hasta visitas a los icónicos murales pintados por los paramilitares.
En conmemoración por el centenario del hundimiento del Titanic, se inauguró Titanic Belfast, un centro interactivo que recorre y muestra la historia, la magia y la leyenda de emblemática nave.
El complejo, que puede acoger a más de 3.547 visitantes a la vez (el mismo número de personas que iban en aquel viaje trunco), es uno de los atractivos turísticos que la ciudad portuaria está promocionando con mayor énfasis.
El recorrido por este impresionante predio lleva a conocer todos los detalles previos y posteriores a la catástrofe de 1912, cuando el buque, que los expertos estimaban que nunca podría hundirse, tuvo su viaje inaugural y su naufragio.
Una semblanza de Belfast, la ciudad industrial que a principios del siglo pasado era líder mundial en el sector de la ingeniería y de la construcción naval, también está contemplada en el periplo.
Experimentar la realidad de los interiores de la nave en una cueva en 3D, que implica ‘caminar’ por los pasillos del Titanic, es otra de las atracciones.
De esta manera se pueden ver los detalles de lujo en las cabinas, el diseño de los muebles y la tapicería.
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