Miles de fieles rodearon de flores, velas, y banderolas las estatuas de Buda erigidas en el lugar, y hubo templos que organizaron actos, oraciones y bendiciones.
Sencillas ceremonias sirvieron hoy a miles de budistas de la India para celebrar los 2.600 años de la "iluminación", o momento en que Buda alcanzó la "plenitud espiritual", bajo una higuera del norte de este país.
Frente a la higuera de la ciudad de Bodh Gaya, probable descendiente directa del árbol que acogió entonces a Buda, varios miles de fieles de esta religión milenaria elevaron oraciones en presencia de representantes de Tailandia, Sri Lanka y Myanmar.
"Hoy ha venido gente de muchas partes del mundo hasta Bodhgaya, seguimos siendo un lugar fundamental en el budismo", explicó a Efe por teléfono el secretario del Comité de Gestión del Templo de Bodhgaya (BTMC), Nangzey Dorjee.
Aunque sin participación del dalái lama ni sus seguidores -que se guían por otro calendario-, los budistas indios rodearon de flores, velas, y banderolas las estatuas de Buda erigidas en el lugar, y hubo templos que organizaron actos, oraciones y bendiciones.
Los fieles esperan al día de luna llena del sexto mes lunar del calendario indio, Vesak, para celebrar esta festividad, que conmemora a la vez tres acontecimientos; el nacimiento, la iluminación, y la muerte o "paso al parinirvana" (hace 2.555 años), del príncipe Siddartha Gautama, más conocido como Buda.
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La celebración tiene una tradición de siglos, aunque la decisión de señalar la conmemoración se formalizó por primera vez en el año 1950, durante una cumbre de la Conferencia de la Comunidad Mundial de Budistas celebrada en Sri Lanka.
Gautama nació en Lumbini, en el actual sureste de Nepal, y tras abandonar su casa, a los 30 años, decidió sentarse según la tradición budista bajo una higuera, en la actual Bodhgaya, y no levantarse de allí hasta comprender la clave de la vida.
Tras alcanzar la iluminación o "nirvana", Buda se lanzó a la prédica por las planicies del Ganges, y cerca de la actual Benarés pronunció su sermón del parque de los ciervos y formó la primera comunidad budista, germen de un movimiento único en su tiempo.
Sus seguidores llegaron a contar con el apoyo de los reyes más poderosos de la India antigua, como Ashoka, y sus teorías prendieron en ese país antes de expandirse por el Extremo Oriente, el sur de Asia y los páramos afganos.
El budismo cuenta hoy con 330 millones de seguidores, sobre todo en el sureste asiático, China, Japón y otros países de la región, y continúa atrayendo a famosos en Occidente, como el actor Richard Gere, el compositor Leonard Cohen o el empresario Steve Jobs.
Pero paradójicamente en la India, cuna de esa religión, el budismo cuenta con muchos menos fieles que en esos países, y hace siglos que la fe de Buda cedió ante el empuje de los cultos devocionales hindúes, la generalización de las castas y la llegada de los musulmanes mongoles, que destruyeron algunos de sus centros más importantes, como la universidad de Nalanda.
Hoy en día, apenas diez millones de los 1.200 millones de indios profesan esa religión, y la conmemoración de Buda, a diferencia de lo que ocurre con las festividades hindúes o musulmanas, es en algunas regiones sólo un día festivo para quienes profesan el budismo.
"Debemos luchar por nuestros derechos. Los budistas optamos por la no violencia, por lo que no somos escuchados", dijo a Efe el monje Pragnasara, en el templo delhí de Buda Vihar.
El budismo ha resistido hasta ahora en ciudades emblemáticas, como la propia Bodhgaya -donde hay 50 templos-, así como en las estribaciones del Himalaya, de culto tibetano y fidelidad al dalai lama, exiliado en la localidad norteña india de Dharamsala.
En las últimas décadas, sin embargo, el budismo ha ganado presencia social en el país, gracias a una campaña de conversiones masivas hacia esta religión por parte de los llamados "intocables", atraídos por la mística igualitaria de la religión de Buda.
"El budismo es una de las posibles soluciones que tenemos los intocables para cambiar nuestro estatus desfavorecido en la India", dijo hoy a Efe el doctor Sanjeev Gaikwad, de la ejecutiva del Partido Republicano de la India, defensor de los intocables, tan desheredados y marginados que no forman parte del sistema de castas.
-EFE
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