Caso Ciro Castillo-Rojo, la noticia más comentada y seguida en 2011

Sin lugar a dudas, la desaparición del joven estudiante de Ingeniería Forestal de la Universidad Agraria de La Molina, Ciro Castillo-Rojo, fue la noticia más comentada del año y la que más portadas de diarios e informes de TV generó, aún después de encontrado su cadáver en una zona inaccesible del valle del Colca en Arequipa.

El caso tuvo de todo, desde teorías por un supuesto asesinato hasta la invasión en la privacidad de los personajes de la historia, desde videntes que aseguraban comunicarse con Ciro hasta un desfile de modas. Si bien el cuerpo del  universitario fue hallado el 20 de octubre, todavía continúan las investigaciones.

Historia de una desaparición

El 04 de abril, unos días antes de las elecciones generales, se perdió el rastro de Castillo-Rojo García-Caballero (26) y de Rosario Ponce (24), su enamorada y compañera de estudios. Ambos, acostumbrados a realizar viajes para familiarizarse con su entorno por cosas de la carrera, iniciaron una caminata entre los distritos de Madrigal y Tapay en la provincia de Caylloma. Unos días después de comenzado el periplo fueron dados por desaparecidos. Es más, Ponce López llegó a enviar unos mensajes de texto a un amigo donde confirma que se encontraba extraviada en el Colca.

De inmediato sus familias iniciaron una campaña, que para los Castillo-Rojo se extendería por meses, para que las autoridades aceleren las tareas de rescate. Es entonces que los esfuerzos dieron resultado y encendieron más de una esperanza.

El 13 de abril se dio con la ubicación de Rosario en las inmediaciones del cerro Fortaleza. Visiblemente deshidratada, la joven proporcionó algunas pistas sobre el paradero de Ciro no sin antes comentar que sobrevivió bebiendo su propia orina y comiendo insectos y plantas. Rosario, muy cuestionada posteriormente, reveló que se había separado de Ciro y dejó entrever que el engreído de la familia Castillo-Rojo la abandonó a su suerte.

Apenas cinco días después de su rescate, Rosario regresó al Colca para ayudar a los brigadistas de Alta Montaña de la Policía en la búsqueda de su enamorado, pero de poco sirvió su participación, más aún por su desorientación en la zona.

En esta parte de la historia es que toma fuerza la participación de don Ciro Castillo-Rojo, el padre del estudiante cuya historia conmovía al país. Médico de profesión, el patriarca de la familia dedicó dinero y tiempo para dar con el mayor de sus hijos. Contrató rescatistas, ofreció una recompensa, movió cielo y tierra para que las autoridades no cesen en la búsqueda. 

Después llegaron los famosos “Topos de México” y unos perros de rescate de los Estados Unidos que no aguantaron las condiciones del Colca. Y poco después de un mes de infructuosa búsqueda es que empiezan las sospechas sobre Rosario, quien en un inicio fue investigada a nivel fiscal por la desaparición de Ciro y posteriormente, por su supuesto asesinato.

A partir de entonces es que empiezan los dimes y diretes de un lado y del otro. Del mismo modo, la población se dividió en un sector que acusaba a Rosario y otro que confiaba en su inocencia. Fueron unos meses sin mayor novedades y solo falsas alarmas sobre el paradero de Ciro Castillo-Rojo.

Recién en las últimas semanas de octubre es que un grupo de rescatistas dio con unos restos humanos en un abismo del nevado Bomboya, los mismos que después se confirmó pertenecían al estudiante. Las investigaciones continúan y Rosario Ponce sigue en el ojo de la tormenta, pero la familia Castillo-Rojo por lo menos pudo enterrar a su hijo.