Clérigos ortodoxos y las feministas se enfrentan con los defensores de la iniciativa, que afirman es una manera de "defender a las mujeres".
La apertura del primer club de polígamos en Indonesia, con el lema "La poligamia es la panacea para alcanzar el amor divino", ha desatado una agria polémica entre los clérigos ortodoxos y las feministas con los defensores de la iniciativa.
El círculo abrió sus puertas en la ciudad javanesa de Bandung con un llamamiento a las madres solteras, las prostitutas reformadas y las mujeres que consideren que se les ha pasado la edad casadera para abrazar la propuesta.
"La poligamia no es solamente una manera de aplacar la lujuria. Practicamos la poligamia porque deseamos defender a las mujeres", afirmó el director del Club Poligamia de Indonesia (CPI), Mochammad Ummar, que tiene cuatro esposas y veinte hijos.
"El club se estableció para asesorar al público y eliminar las malinterpretaciones sobre la poligamia. Queremos mostrar que esta práctica es buena cuando se lleva a cabo de la forma adecuada", añadió Ummar.
La iniciativa, amparada en el Corán y la legalidad, nació con el nombre Global Ikhwan en Malasia el pasado agosto y cuenta en la actualidad con unas 300 familias afiliadas en media docena de países, entre ellas 36 indonesias.
Desde que el iniciativa echó a rodar a mediados de octubre en Indonesia, un país en el que la inmensa mayoría de sus más de 200 millones de musulmanes, el 86 por ciento de la población, destaca por su moderación y tolerancia, las críticas no han cesado.
"Lo rechazamos porque es una forma de abuso contra las mujeres", señaló Elin Rozana, directora de la organización no gubernamental (ONG) Instituto de la Mujer de Indonesia, y argumentó que la poligamia está considerada como "una forma de violencia" contra la mujer según Naciones Unidas.
Rozana añadió que esta práctica conlleva presión psicológica contra el sexo femenino, abusos físicos y abandono de mujeres y niños.
Por su parte, Maruf Amin, portavoz del poderoso y ortodoxo Consejo de Ulemas de Indonesia (MUI), calificó de "provocación" la apertura del "innecesario" club y aseguró que "creará más reacciones negativas que los problemas que va a resolver".
Además del aguacero de críticas, las estadísticas tampoco dan muchas esperanzas de éxito a los promotores de la asociación cívica, en un momento en que el número de divorcios se ha disparado en Indonesia en los últimos cinco años a causa de la poligamia.
El descrédito se ha extendido entre los polígamos indonesios y durante este año electoral varios colectivos feministas han publicado listas de políticos con más de una esposa para dejarlos en evidencia ante las votantes.
Algunos críticos destacaron asimismo el hecho de que la mayoría de los fundadores de Global Ikhwan, incluido su fundador, Ashaari Muhammad, militó en Al-Arqam, un grupo islámico ultraconservador prohibido en 1994 por el Gobierno de Malasia por hereje y desviado.
Ashaari, de unos 70 años, tiene cuatro esposas y 37 hijos y fue detenido en Tailandia y deportado a Malasia por su papel en Al-Arqam.
La poligamia, amparada por el islam y practicada por el propio profeta Mahoma, es legal en unos 50 países, entre ellos Indonesia, que permite a los hombres casarse con hasta cuatro mujeres, siempre y cuando se comprometan a mantenerlas económicamente y el resto de esposas den su correspondiente permiso.
No obstante, resulta imposible saber el número de polígamos en el el vasto archipiélago porque la mayoría de las segundas nupcias se realiza por el ritual musulmán y nunca se registran oficialmente, pese a las campañas informativas del Ministerio de Religión. EFE
El círculo abrió sus puertas en la ciudad javanesa de Bandung con un llamamiento a las madres solteras, las prostitutas reformadas y las mujeres que consideren que se les ha pasado la edad casadera para abrazar la propuesta.
"La poligamia no es solamente una manera de aplacar la lujuria. Practicamos la poligamia porque deseamos defender a las mujeres", afirmó el director del Club Poligamia de Indonesia (CPI), Mochammad Ummar, que tiene cuatro esposas y veinte hijos.
"El club se estableció para asesorar al público y eliminar las malinterpretaciones sobre la poligamia. Queremos mostrar que esta práctica es buena cuando se lleva a cabo de la forma adecuada", añadió Ummar.
La iniciativa, amparada en el Corán y la legalidad, nació con el nombre Global Ikhwan en Malasia el pasado agosto y cuenta en la actualidad con unas 300 familias afiliadas en media docena de países, entre ellas 36 indonesias.
Desde que el iniciativa echó a rodar a mediados de octubre en Indonesia, un país en el que la inmensa mayoría de sus más de 200 millones de musulmanes, el 86 por ciento de la población, destaca por su moderación y tolerancia, las críticas no han cesado.
"Lo rechazamos porque es una forma de abuso contra las mujeres", señaló Elin Rozana, directora de la organización no gubernamental (ONG) Instituto de la Mujer de Indonesia, y argumentó que la poligamia está considerada como "una forma de violencia" contra la mujer según Naciones Unidas.
Rozana añadió que esta práctica conlleva presión psicológica contra el sexo femenino, abusos físicos y abandono de mujeres y niños.
Por su parte, Maruf Amin, portavoz del poderoso y ortodoxo Consejo de Ulemas de Indonesia (MUI), calificó de "provocación" la apertura del "innecesario" club y aseguró que "creará más reacciones negativas que los problemas que va a resolver".
Además del aguacero de críticas, las estadísticas tampoco dan muchas esperanzas de éxito a los promotores de la asociación cívica, en un momento en que el número de divorcios se ha disparado en Indonesia en los últimos cinco años a causa de la poligamia.
El descrédito se ha extendido entre los polígamos indonesios y durante este año electoral varios colectivos feministas han publicado listas de políticos con más de una esposa para dejarlos en evidencia ante las votantes.
Algunos críticos destacaron asimismo el hecho de que la mayoría de los fundadores de Global Ikhwan, incluido su fundador, Ashaari Muhammad, militó en Al-Arqam, un grupo islámico ultraconservador prohibido en 1994 por el Gobierno de Malasia por hereje y desviado.
Ashaari, de unos 70 años, tiene cuatro esposas y 37 hijos y fue detenido en Tailandia y deportado a Malasia por su papel en Al-Arqam.
La poligamia, amparada por el islam y practicada por el propio profeta Mahoma, es legal en unos 50 países, entre ellos Indonesia, que permite a los hombres casarse con hasta cuatro mujeres, siempre y cuando se comprometan a mantenerlas económicamente y el resto de esposas den su correspondiente permiso.
No obstante, resulta imposible saber el número de polígamos en el el vasto archipiélago porque la mayoría de las segundas nupcias se realiza por el ritual musulmán y nunca se registran oficialmente, pese a las campañas informativas del Ministerio de Religión. EFE
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