La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes, afectando en la actualidad a 340 millones de personas en todo el mundo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cerca del 70% de los pacientes con trastornos mentales a menudo se quejan de alteraciones del sueño, dolores vagos, fatiga generalizada y prestan menos atención a los síntomas que están directamente relacionados con el propio trastorno psicológico.
A pesar que la depresión no siempre es bien diagnosticada en sus dimensiones reales, se calcula que entre un 2% y un 4 % de la población general padece este tipo de trastorno.
Para el doctor Rolando Pomalima, director de la Dirección de Niños y Adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi, los acontecimientos que propician la depresión infantil son los problemas familiares, falta de cariño, maltrato infantil, intolerancia familiar, enfermedades, fracasos, aislamiento social y baja autoestima.
Los amortiguadores serían la familia, la escuela y la sociedad, quienes juegan un papel importante.
Son ellos los que deben mantenerse alerta sobre las actitudes del niño, si está con un bajo rendimiento escolar, si tiene escasa motivación, nula relación con sus compañeros, muestra agresividad y sentimientos de culpa.
“Toda persona que ha sido violentada puede salir adelante pero necesita de apoyo ya sea familiar, social y por supuesto de profesionales en la salud, es un trabajo en conjunto”, dijo el especialista.
La depresión en niños y adolescentes tiene relación con trastornos somáticos como anorexia, bulimia, obesidad, insomnio, reacciones asmáticas y cefaleas. El secreto está en hacer una buena historia clínica porque existen enfermedades pediátricas con síntomas depresivos.
Es importante la intervención familiar, se debe promover las familias asertivas, facilitar la comunicación al niño, mejorar la capacidad para resolver problemas, proporcionar orientación y buena educación, y evitar situaciones estresantes.
Por último, Rolando Pomalima instó para que haya más psicólogos con formación psicopedagógica en los colegios.
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