Las relaciones atraviesan varias fases de crecimiento a las que deben de adaptarse...
La mayoría de las parejas atraviesan varias crisis a lo largo de la relación. Las personas cambian con el tiempo, así como sus necesidades, sus deseos y sus sentimientos. Cuando se está en crisis, la angustia, la confusión y los afectos contradictorios pueden ser muy intensos. Y no es sencillo decidir si hay que poner punto y final a la relación. Ante este dilema, un terapeuta puede ayudar a superar una crisis.
La crisis es crecimiento en la vida, un planteo de cambios constantes que siempre van a desencadenar una crisis porque implican una reacomodación. La vida es un constante aprendizaje y, por eso, no hay culpas.
Cuando una pareja está en crisis, el sufrimiento emocional puede ser muy intenso. Cuesta pensar con claridad. Cuesta discernir hasta qué punto vale la pena continuar o no. En ocasiones, una relación que parecía idónea empieza a hacer aguas. Los miembros han cambiado con el paso del tiempo y sus intereses y deseos no parecen ir por el mismo camino.
Es difícil generalizar sobre cuándo hay que poner punto y final a una pareja pero no siempre es sencillo distinguir entre el amor u otros sentimientos, como la compasión hacia la otra persona, el cariño o la amistad.
Tras una ruptura, los expertos aconsejan no obsesionarse con los motivos que llevaron a ella. Es necesario darse un tiempo para aceptar la nueva situación, pero hay que tener muy claro que la vida continúa. Una ruptura de pareja puede ser la oportunidad para iniciar una nueva vida o para mejorar aspectos de uno mismo.
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