Su floración es un acontecimiento, pues sólo lo hace tres o cuatro veces en los cuarenta años que suele vivir la planta.
La flor más grande del mundo o también llamada "flor cadáver", floreció por segunda vez en el Jardín Botánico de Basilea.
La flor mide 2,27 metros de altura, tiene un pistilo amarillo y un embudo de color rojo-marrón en forma de pétalo.
Su tubérculo pesa más de 30 libras. Expertos del Jardín Botánico están sorprendidos por el segundo florecimiento en menos de 20 meses.
Muchos curiosos esperaron para observar el fenómeno que dura un corto plazo, a pesar del olor a carne podrida generado por la planta.
El fétido olor a carne podrida, ha logrado que se le denomine "flor cadáver". La función de este desagradable aroma es la de atraer insectos polinizadores para que se encarguen del intercambio de polen necesario para su reproducción.
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