La nueva central del régimen de Kim Jong-un mide unos 120 metros de largo y 15 metros de ancho, y se encuentra junto a la ya conocida planta de uranio en Yonbyong.
Los servicios de inteligencia de Seúl revelaron hoy que Corea del Norte ha comenzado a operar una nueva planta de enriquecimiento de uranio que le permitiría duplicar su capacidad de producir esta materia prima básica para bombas nucleares.
Tras finalizar recientemente su construcción iniciada en el año 2012, la nueva planta ha iniciado sus operaciones, indicó una fuente de los Servicios de Inteligencia (NIS) al diario Joongang en Seúl.
El funcionario aseguró que la nueva central del régimen de Kim Jong-un mide unos 120 metros de largo y 15 metros de ancho, y se encuentra junto a la ya conocida planta de uranio en Yonbyong (unos 100 kilómetros al norte de Pyongyang) cuyo tamaño es similar.
Esta última posee 2.000 centrifugadoras de enriquecimiento que, según cálculos de expertos, podrían producir hasta 40 kilogramos de uranio por año.
De confirmarse la operación de la nueva central, significaría que el régimen de Kim Jong-un es capaz de generar unos 80 kilos anuales de uranio altamente enriquecido, cantidad suficiente para construir entre cuatro y cinco bombas nucleares, explicó un científico surcoreano al diario Joongang.
En 2010 Corea del Norte mostró abiertamente el complejo de Yongbyon al experto nuclear estadounidense Siegfried Hecker, que observó con sus propios ojos las 2.000 centrifugadoras de la planta principal.
El régimen comunista aseguró en aquel momento que la iniciativa tenía como único fin la producción de energía eléctrica para uso civil.
Sin embargo, el actual líder del país, Kim Jong-un, ha remarcado en varias ocasiones que el desarrollo de armas nucleares es la principal estrategia política del militarizado Estado comunista, junto al fomento del crecimiento económico.
En todo caso, de momento los expertos no se ponen de acuerdo sobre si Pyongyang ha logrado o no fabricar misiles con cabezas atómicas, ya que la aplicación de la energía nuclear a los sistemas de armamento requiere una tecnología muy avanzada.
EFE
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