La tragedia ha tenido lugar seis meses después del hundimiento del barco Sewol, que causó 304 muertos y generó una ola de indignación en la sociedad surcoreana.
Corea del Sur vuelve a estar hoy de luto por la tragedia ocurrida el viernes al sur de Seúl, donde al menos 16 jóvenes murieron en un accidente durante un concierto, y que de nuevo a pone al Gobierno en el punto de mira por la deficiente seguridad en el país.
El accidente tuvo lugar cerca de las 18.00 horas locales (09.00 GMT) del viernes, cuando se hundió la cobertura de una fosa de ventilación sobre la que se había subido parte del público, causando que algunos asistentes cayeran desde una altura de 10 metros al aparcamiento situado en el subsuelo.
Unas 700 personas habían asistido al concierto al aire libre de varios grupos de pop surcoreano, entre ellos la conocida formación femenina 4minute, que se celebró en el complejo tecnológico Pangyo Techno Valley de la localidad de Seongnam, a unos 20 kilómetros al sur de la capital.
La tragedia ha tenido lugar seis meses después del hundimiento del barco Sewol, que causó 304 muertos y generó una ola de indignación en la sociedad surcoreana por los fallos en los mecanismos de prevención de desastres y por la lenta e ineficaz respuesta de las autoridades.
El Gobierno liderado por la presidenta Park Geun-hye ha tratado de evitar nuevas críticas en este sentido al convocar con rapidez un gabinete de crisis para gestionar el accidente del viernes.
El Ejecutivo central y las autoridades locales han instalado unas oficinas provisionales en el lugar del concierto para tratar de esclarecer los hechos y atender a los familiares de las víctimas, según informó hoy la agencia de noticias Yonhap.
La policía nacional, por su parte, está interrogando a los responsables la entidad local que organizó el evento para determinar "si se produjo un incumplimiento de la normativa de seguridad", según dijo un portavoz de este cuerpo.
Asimismo, hoy fue hallado muerto un hombre de 37 años que estaba al cargo de la seguridad en las instalaciones del concierto, según dijo el portavoz policial a la agencia Yonhap, quien señaló que existen indicios de que se trata de un suicidio.
El hombre, que había sido interrogado por la policía, se arrojó supuestamente desde lo alto de un edificio en el Pangyo Techno Valley tras dejar un mensaje en las redes sociales donde pedía perdón a las víctimas y a su propia familia.
La tragedia se produjo después de que varias decenas de personas subieran a la ventana de ventilación para disfrutar de mejores vistas del escenario, lo que provocó que la rejilla protectora se venciera por el peso y muchos cayeran al aparcamiento ubicado más abajo, según la versión de testigos presenciales.
Doce de la víctimas mortales fallecieron en el lugar del accidente, mientras que otras cuatro murieron en el trayecto hasta el hospital o mientras recibían un tratamiento de urgencia.
Otros once heridos se encuentran hospitalizados en cuatro centros médicos próximos al lugar de los hechos, y algunos de ellos se encuentran en estado grave, por lo que el balance de muertos podría aumentar, según informaron las autoridades locales.
El evento fue organizado por la empresa local Edaily y contaba con el patrocinio de Pangyo Techno Valley, un complejo multiusos que alberga instalaciones tecnológicas y el escenario al aire libre donde se produjo el accidente.
El accidente recuerda al acaecido en 2005 en la ciudad de Sangju (a unos 270 kilómetros al sur de Seúl), en el que once personas murieron y 70 resultaron heridas durante una estampida a la entrada de un estadio donde se celebraba un concierto, al que asistían unas 10.000 personas.
EFE
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