Gabriel Rodríguez Medrano es el último joven desaparecido de las protestas sociales vividas durante los últimos días. Sin embargo, la Defensoría del Pueblo no ha logrado identificarlo.
El último desaparecido de las marchas nacionales es Gabriel Rodríguez Medrano, un joven que no ha sido posible identificar porque no aparece en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC). Tras las declaraciones del penúltimo de la lista de búsqueda, Luis Araujo, se cree que también pueda haber sido detenido por la Policía Nacional.
La Defensoría del Pueblo intentó establecer comunicación con un familiar sin éxito y, por el momento, manejan algunas hipótesis de “nombres equivocados” o “ciudadanía extranjera”, según detalla Porfirio Barnechea, jefe de mecanismo de prevención de la tortura de dicho organismo autónomo.
“Un familiar llamó a la Defensoría del Pueblo para reportar una supuesta desaparición. En RENIEC, no se ha encontrado una identificación con esos nombres, pero sí hemos podido tener la referencia de un tío. No ha sido posible establecer una comunicación directa con esta persona, incluso, se ha intentado ir a su domicilio”, dijo Barnechea a RPP Noticias.
Por esa razón, la Defensoría contempla otras opciones para justificar la no identificación del desaparecido Gabriel Rodríguez Medrano: “Entonces, cabe la posibilidad de que los nombres estén equivocados o sea una persona extranjera. Son cosas que se tienen que terminar de precisar, en la medida de que tengamos la identificación exacta”, agregó.
¿CÓMO SE DEFINE UNA TORTURA?
Después de ser ubicado ayer 17 de noviembre, Luis Araujo declaró haber estado tres días encerrado en una habitación sin agua ni alimentos. Por el momento, la Defensoría del Pueblo continúa esperando el examen del médico legal para conocer las afecciones y lesiones que sufrió el joven mientras estuvo detenido.
“Es un tema muy grave en la medida que, a través de la vía penal, se pueden establecer sanciones contra los responsables. Además, para el Estado peruano, es una responsabilidad bastante grave, porque ha suscrito la Convención contra la tortura ante las Naciones Unidas”, explicó Porfirio Barnechea a RPP Noticias. “Se afecta la dignidad, la integridad y la vida de las personas. No necesariamente tiene que ser tortura física, puede ser psicológica”.
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