Cientos de personas se congregaron en Londres para ´dar la espalda´ al ataúd de Thatcher a su paso hacia la catedral de San Pablo.
Los detractores de Margaret Thatcher salieron hoy a la calle en varios puntos del Reino Unido para mostrar el rechazo a su legado y celebrar con gritos de júbilo la muerte de una primera ministra que dividió al país.
"¡Maggie, Maggie, Maggie, muerta, muerta, muerta!", fue el cántico repetido por una generación de británicos que sufrió en propia carne el thatcherismo y la implantación del neoliberalismo en Gran Bretaña.
Cientos de personas se congregaron en Londres para "dar la espalda" al ataúd de Thatcher a su paso hacia la catedral de San Pablo, donde se ofició un funeral casi de Estado cuyo coste millonario ha indignado a parte de la población.
"Estamos aquí porque nos parece escandaloso gastar este dinero cuando al resto se nos impone la austeridad y para protestar por su legado, con la destrucción de comunidades enteras para favorecer al sector financiero", dijo a Efe Jeff Powell, profesor de economía de la Universidad de Londres, que acudió con su esposa y su bebé.
Entre abucheos y eslóganes como "Menudo despilfarro" y algunos entonando el tema de gospel "Oh Happy Day" (Qué día tan feliz), el féretro con los restos de la antigua líder "tory" llegó a su destino acompañado también por numerosos partidarios que se agolparon para rendirle tributo.
Las protestas y celebraciones abundaron en el norte de Inglaterra, donde más se sintieron en los años 80 los efectos de las políticas de Thatcher, con el cierre de fábricas y minas que sumió a poblaciones enteras en el desempleo.
El secretario general de la Asociación de mineros de Durham, David Hopper, animó al festejo y recordó que "toda una generación de sindicalistas bailará sobre la tumba" de la ex primera ministra, que restringió los derechos sindicales tras la huelga de un año por la clausura de los pozos.
"Me da igual que digan que es de mal gusto, es de peor gusto lo que ella hizo a nuestras comunidades", zanjó el exminero.
Para muchos manifestantes, el hecho de que el Gobierno haya convertido el funeral en un acto público les autoriza a expresar también en público su oposición a la figura de Thatcher, sin dejar de reconocer "el respeto que merece privadamente cualquier difunto", dijo a Efe en Londres el estudiante Steve Cogan.
EFE
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